Muy buenas noches a todos: Hoy, 27 de octubre de 2014, la Fundación Corripio se regocija al celebrar, por octava vez, la ceremonia de entrega de sus premios anuales en la solemnidad de la más importante sala de la República.

Se trata de incentivar la creatividad, el empeño proficuo, la entrega generosa de esfuerzos laboriosos y constructivos, manifestados en obras de toda índole, convenientes para el ascenso de nuestro país.

Para lograr el éxito y justeza de estos galardones, la institución ha contado y cuenta con el conocimiento e idoneidad de jurados imparciales que colocan los méritos ciertos sobre cualquier tipo de preferencia personal. A ellos, mayormente presentes aquí esta noche, nuestro profundo agradecimiento por su dedicación y entrega.

Las actividades de esta Fundación contribuyen eficazmente a la evolución positiva del país, de la Nación Dominicana, la valiosa Nación Dominicana, esa que añosos pesimistas consideraban impracticable. Es una lástima que todavía, a veces, resuenen voces agoreras que persisten en dudar que logremos ser la Nación que soñaron Juan Pablo Duarte y los patriotas de nuestro génesis libertario.

En el piélago de incertidumbres que es la vida, solo nos queda luchar por alcanzar lo mejor que podamos. El poeta Longfellow escribía en su “Salmo a la vida”: “No disfrute y no dolor son nuestro destinado fin o camino, sino actuar para que cada ‘mañana’ nos encuentre más lejos de lo que estamos hoy”.

Como las traducciones son traidoras –al buen decir de los italianos que apuntaban: Traductor: traidor–, me permito usar las palabras originales del poeta: “Not enjoyment, and not sorrow,/ Is our destined end or way;/But to act, that each to-morrow/ Find us farther than to-day”.

Tenemos defectos, como todos los países, variando formas e intensidades, pero poseemos una magnífica capacidad para evolucionar, para superar conflictos que atrasan el buen desarrollo. Los anteriores sentimientos de inferioridad, por pequeñez territorial, por escasez de recursos de índole diversa y desordenado uso de los mismos, esos sentimientos, se van debilitando para dar paso a luces de progreso.

En las diversas facetas de la creación humana: ciencias, artes, deportes, oficios, profesiones de todos los niveles, los dominicanos se destacan cada día más… no solo en el país, sino en el mundo, ese variado “globo de colores” –por usar un término del notable escritor venezolano Arturo Uslar Pietri–.

Los Premios Corripio son fuente de orgullo e incitación al esfuerzo creativo montado éste sobre el trabajo arduo y la positividad que fructifica en éxito.

Felicitamos de todo corazón a los galardonados, y nos regocijamos de su honradora trayectoria, que es luz, esperanza y fe.

Muchas gracias.