Japón. Japón se prepara hoy, entre medidas excepcionales de seguridad, para recibir el domingo al presidente estadounidense, Donald Trump, lo que supondrá la primera parada de su amplia gira asiática centrada en el problema norcoreano y el comercio.
Durante este viaje de trabajo, el primero que realiza al archipiélago nipón desde que asumió la presidencia en enero, Trump mantendrá varios encuentros con el primer ministro nipón, Shinzo Abe, así como con los emperadores nipones y con familiares de personas secuestradas por el régimen norcoreano.
Tokio confía en que esta “histórica visita” -la más larga de un presidente de EE.UU. a Asia-Pacífico- sirva para consolidar “la química” que ambos líderes han exhibido en anteriores encuentros y para “profundizar en las relaciones de confianza”, dijo un alto funcionario del Ministerio de Exteriores en un encuentro con periodistas. Para ilustrar la fluidez de las relaciones, la misma fuente subrayó que Trump y Abe han mantenido dieciséis conversaciones telefónicas desde que el magnate neoyorquino llegara el poder, además de tres encuentros bilaterales.
El principal tema en agenda será “reafirmar el compromiso común para incrementar la presión sobre Corea del Norte”, con el objetivo de que el régimen que de Kim Jong-un abandone sus programas nuclear y de misiles balísticos que son vistos como una amenaza creciente por Washington y Tokio, señaló el funcionario nipón.
Ambos líderes también tratarán de reforzar la cooperación “en asuntos regionales más amplios”, de cara a las próximas citas del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) en Vietnam y de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en Filipinas.
En el apartado comercial, continuarán con el diálogo bilateral iniciado tras la retirada de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) promovida por la Administración Trump, aunque las fuentes niponas no esperan que el tema se trate en profundidad.
Japón ha reforzado su seguridad con el despliegue de 21.000 policías en Tokio y sus alrededores, lo que supone la mayor movilización de efectivos para una visita de alto nivel en dos décadas, según anunció la Agencia Nacional de Policía.
Además, desde hoy se aplican restricciones del tráfico en la capital, se han cerrado las consignas ubicadas en estaciones de trenes y de metro, y se han instalado barricadas en torno a algunas de las áreas que visitará Trump como el Palacio tokiota de Akasaka, para prevenir posibles atentados terroristas empleando vehículos. Tras su llegada a bordo del Air Force One, prevista para el domingo en la base aérea estadounidense de Yokota, al oeste de Tokio, Trump iniciará su agenda oficial con un discurso ante las tropas.
Después se dirigirá a un exclusivo club de golf en Saitama (norte de Tokio) para almorzar con Abe antes de practicar dicho deporte junto al líder nipón y al golfista del mismo país Hideki Matsuyama, actual número cuatro en la clasificación mundial. Ambos líderes tienen previsto cenar el domingo en un prestigioso restaurante de teppanyaki (plancha japonesa) de Tokio, donde acompañados de sus respectivas esposas, Akie Abe y Melania Trump, degustarán buey de la apreciada raza local wagyu y también importado de EEUU.
El lunes, Trump y la primera dama asistirán a una ceremonia de bienvenida y se reunirán con los emperadores nipones, Akihito y Michiko, y después el presidente estadounidense participará en un almuerzo de trabajo y celebrará su cumbre con Abe. Tras la reunión y antes de atender a los medios, Trump se reunirá con familiares de las decenas de ciudadanos nipones secuestrados por el régimen norcoreano en las décadas de 1970 y 1980, casos que siguen sin resolverse en su mayoría y que constituyen una de las principales prioridades políticas del Gobierno de Abe.
En la noche del lunes, Abe organizará un banquete en el Palacio de Akasaka, un acto que cerrará agenda oficial de Trump antes de desplazarse el martes a Seúl para continuar con su gira asiática.
La velada será animada por el humorista japonés PikoTaro, autor del tema “Pen-Pineapple-Apple-Pen” (PPAP) que se hizo viral en 2016 y generó millares de vídeos en los que internautas y celebridades reinterpretaban la canción, entre ellos la nieta de Trump, Arabella Kushner.