Jarabacoa, una propuesta cultural

Jarabacoa, una propuesta cultural

Samuel Luna

Jarabacoa no es un municipio soporífero y repetido, es un destino muy rico, cargado de diversidad y de una sinergia que empuja la producción en todas las áreas; yo mismo he bautizado a Jarabacoa como un micro país. Jarabacoa está engastado en la Cordillera Central y humedecida por los arroyos que emanan de las rocas ocultas, revelando sus afluentes que se convierten en ríos caudalosos y neurálgicos para la economía de todo el territorio nacional. Es ahí, en ese mismo contexto donde el arte debe de convertirse en la piedra que sirva de fundamento para emprender el rompimiento del ciclo de la pobreza que afecta el desarrollo cultural.

En Jarabacoa existe un sector que aporta a la educación a través de las artes plásticas, la música, la literatura y la poesía; este segmento de valor cultural está llamado a reducir la pobreza integral, por eso existe la Casa de la Cultura; la misión de la Casa de la Cultura es incentivar las lecturas a través de las bibliotecas y círculos de lecturas, creación de ludotecas como un espacio pedagógico, donde se estimulen el desarrollo físico y mental de los niños. La niñez es el presente del desarrollo y la continuidad de lo que hoy existe; por eso, debemos enfocarnos en actividades lúdicas que estimulen el desarrollo cognitivo de la niñez. No es lo mismo un sector guiado hacia el desarrollo cultural, mental y espiritual a un sector sumergido en escenas tóxicas y degradante que no cooperan con el desarrollo cognitivo de ese grupo.

Propongo que Jarabacoa sea usado como un laboratorio municipal donde se equipe de forma intencional la Casa de la Cultural para implementar cambios que sirvan de prototipos a otras comunidades y municipios. Una Casa de la Cultura debe ser la espina dorsal de un municipio, es la mano amiga de los centros educativos y escuelas públicas, por eso es sabio que el gobierno junto al sector productivo del municipio invierta de forma agresiva e intencional en este espacio que solo generará transformación y rompimiento al ciclo de la pobreza.

La Casa de la Cultura debe ofrecer programas que no solo lleguen a la clase media y clase alta; los barrios y la clase olvidada también tienen derecho a seleccionar una actividad cultural que los lleve a un nivel de realización y satisfacción. Noten que dije derecho y no deber, el desarrollo integral no es un privilegio. Cualquier gobierno preocupado por el desarrollo de sus pueblos, debe tener como prioridad equipar y proveer recursos que sirvan para reducir el ocio, la ignorancia y la falta de creatividad, la educación integral es la clave, en lugares como la Casa de la Cultura se puede encontrar el inicio de una real transformación; claro, siempre y cuando la Casa de la Cultura esté debidamente equipada y estructurada.

Lanzamos un desafío medible y tangible: Usemos la Casa de la Cultura de nuestra capital ecológica, Jarabacoa, como posible modelo, para cuando obtengamos los resultados deseados, se use como testimonio y ejemplo; y así, que se pueda duplicar en otros lugares. Para que esto suceda hay que invertir en bibliotecas, auditorios, talleres, danza, artes plásticas, música, teatro y otras actividades. Una Casa de la Cultura bien dirigida y con un abanico de programas culturas, servirá al desarrollo cultural, emocional y económico de la localidad. Jarabacoa se puede convertir en la primera experiencia de desarrollo integral. Si el gobierno y los sectores de incidencia se lo proponen, Jarabacoa se puede convertir en un prototipo a imitar y a duplicar.

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