José García Cordero marca una factura con una composición personal tanto en su figuración como en la misma composición dibujística y cromática de cada una de sus obras que podemos reconocer de inmediato pues este artista tiene un mundo identificable .
El resultado es inconfundible porque contiene la simbiosis alegre y coherente de la misma personalidad del artista llevada a la ejecución de un discurso plástico y visual , en comunión total y permanente con su obra .
Adelantamos que es un artista que piensa antes y durante la ejecución de cada obra pero , a esto, hay que matizar y completar que García Cordero manifiesta »lo» que piensa.
El premio Nacional de las artes visuales que le viene de ser otorgado, es un acontecimiento en la continuidad de una carrera nacional e internacional caracterizada por una lista de reconocimientos que conforman su carrera, entre ellos, »La Medalla al mérito del Senado Francés ‘por sus aportes a la cultura latinoamericana.
Distinción que en la carrera y en la personalidad de este artista dominicano que caracteriza su pertenencia al mundo desde una perspectiva de compromiso y fidelidad con América Latina y su país natal República Dominicana.
Le hemos conocido en París en los ochenta y visitándole entonces en sus diversos talleres , antes de instalarse en Montreuil, entendimos que su mundo visual está envuelto en un amplia cultura universal , con una dedicatoria específica por nuestro Caribe.
Durante su juventud se manifestó por su compromiso con la justicia social y la libertad de pensamiento, siempre implicado en la búsqueda de su personalidad artística que alimento siendo discípulo de Gisberto Hernández Ortega, hasta salir del país en 1977 con destino a París , donde reforzó su carrera con estudios de Historia contemporánea de la Universidad de la capital francesa, donde socializo’ con todo el medio artístico y cultural latinoamericano , siempre presente en actividades y acontecimientos que se programaban en la ciudad.
Su obra es la expresión viva de todo un pensamiento que se nutre de la realidad inmediata e histórica con el recurso de la inteligencia llevada a la sátira y al humor.
El mismo , el artista, tiene una relación gráfica y pictórica con su propia figura llevada al autorretrato que suscitan en primera visión la risa alegre o la risa de espanto. García Cordero tiene el talento de teatralizar y escenificar con toda la panoplia posible de un artista que sabe distanciarse de los dramas más intensos , sin perder el sentido del humor como expresión de conciencia .
La capacidad de mutación en todas las expresiones de sus rostros así como la teatraliación de las interpretaciones de las expresiones físicas , con la ubicación del medioambiente social o vegetal, alimentan la idea muy bien tratada desde la perspectiva gráfica y pictórica de la transformación posible de las buenas o malas caras que nos encienden la vida .
A Todo esto no le falta poética , metáfora y simbolismos nutridos y nacidos en el esquema mental de un gran lector como lo es el propio artista.
En el rostro donde crecen familias de cactus verdes ,podemos literalmente interpretar al cerebro como progenitor de ideas espinosas,. y enjutas que crecen y se desarrollan en el misteriosos laberintos cerebral….los cactus fecundan sus retoños… nutridos por la misma esencia del cerebro y lo que nos impresiona es la expresión segura , plácida y tranquila del sujeto generador de tantas inquietudes espinosas…
Más allá de las morfologías de sus rostros que componen una serie exclusiva dentro del conjunto de su producción, que se merecen un comisariado y una curaduría exclusiva para analizar los aspectos psicoanalíticos de la figura del artista como protagonista sujeto modelo , pero también como autogenerador de su psicoanálisis , con una teatralización del mismo proceso donde la burla, la sátira, la risa no son ajenas al espectáculo
Es una obra espectacular en el sentido literal y también visual porque la miramos como los espectadores de un discurso que se genera en el …yo.. llevado al cosmos y a la sociedad.
El ensamblaje de la figura humana , de la figura animal con el entorno vegetal, le dan una discursiva que se modela en el hiperrealismo simbólico con el surrealismo poético, donde nunca se ausenta el trópico.
Un trópico desde donde el artista saca los colores más vivos y encendidos por unas luces directas que avivan el rojo y el verde en una convivencia a veces truncada por la blancura y el gris de las sequías del norte. El trópico de García Cordero es un espacio terrenal inventado por él desde su taller pero sacado de su medioambiente existencial, es su Macondo, cuya belleza nace en los imaginarios del artista poeta que hace posible que una mesita de esquina , mueble tradicional de la pequeña burguesía local, se embellezca con unas hojas de un verdor realzado por el rosado coralino resaltantes de los lambies cuya forma compite con un perro resguardado en descanso y en espera de alguna conspiración doméstica .
Esto podría ser la literatura que caracteriza la imagen, pero el lenguaje y la semántica son el equilibrio de convivencia de los colores , de ese fondo de tela rojo conviviendo con el negro, marcando en geometría el centro de un primer plano donde la obra apreciada de arriba abajo transmite un mensaje arquitectónico perfecto, un andamiaje misterioso.
Composiciones de ambientaciones pequeño burguesas donde debajo de la realidad que es la mesa , surgen rostros de perros en espera o meditando algún terror.
Mas alla de una primera impresión de violencia disfrazada por la belleza de los anturios, de las flores y de los frutos del mar…..algo puede moverse por debajo….aquí… de la mesa …
El paisajismo que nos atrae en la obra de García Cordero, es la perspectiva del horizonte donde siempre aparece el mar en una alegoría bajo un cielo de un azul incomparable . Sabemos del artista que ama el mar y que le atrae su atlántico norte, desde Montecristi hasta Puerto Plata, y Cabarete. La obra ´ ´Interior en popa ´ ´,nos revela y pone en yuxtaposición de estéticas los bodegones renacentistas ,con las abundancias del nuevo realismo europeo y el barroco latino americano.
Múltiples son las variaciones posibles de interpretación de la obra de García Cordero, lo que más nos interesa en nuestro juicio crítico es su capacidad intelectual de interpretar el mundo que le rodea y convertirlo en un discurso visual para ponernos a pensar y a canalizar nuestras realidades ocultas o visibles, con una fuerza única de haber instalado en la pintura del Caribe la idea que, la pintura es un instrumento de narrativa visual tan resistente a las mayores crueldades de la realidad como lo es la filosofía y la literatura .