Chile.- Un grupo de cuarenta jóvenes de Argentina, Uruguay y Chile se han dado cita en la reserva biológica Huilo Huilo, en la provincia chilena de Los Lagos, para participar en un campamento en el que aprenden ciencia de una forma muy diferente a la que enseñan los centros educativos.
“Lamentablemente, en los colegios se imparte de ciencia como algo absoluto, muy difícil. Ejercitan la memoria con nombres y fórmulas, pero no aprenden a pensar por sí mismos. Aquí les enseñamos a que puedan llegar a sacar sus propias conclusiones”, explica a Efe la brasileña Natalia Trancoso, jefa de monitores del campamento.
Desde el 7 al 17 de marzo, 23 chicas y 17 chicos de entre 14 y 18 años aprovechan esa conexión entre ciencia y naturaleza para ampliar sus conocimientos en una materia que sirve como denominador común entre ellos.
“La idea del campamento es hacer un aprendizaje activo con el entorno. Nosotros les damos las pautas en los talleres, pero luego son ellos los que tienen que generar conocimiento experimentando con lo que recogen en el terreno, mediante trekkings y paseos por la naturaleza”, comenta Trancoso.
La séptima edición del campamento que organizan la empresa farmacéutica Bayer y la fundación chilena Ciencia Joven, dedicada a mejorar la formación en este ámbito, también tiene como objetivo usar las diferencias culturales de los niños para potenciar sus habilidades, algo que ellos notan nada más llegar.
“Esto es relindo, (en el colegio) los otros chicos no tienen mis mismas ideas, mis mismas inquietudes, pero aquí nadie critica a nadie, todo el mundo se interesa por tu vida, tus aficiones, cómo llegaste aquí, tu acento, las palabras que utilizas”, destaca Camila Pinat, una estudiante argentina de 17 años.
Pinat y sus compañeros confiesan que a su edad, los otros jóvenes les consideren ‘bichos raros’, y por eso encuentran el campamento un lugar ideal para crecer en todos los ámbitos.
“Este sitio te hace abrir los ojos y ver otros horizontes. Te enseña a trabajar en equipo. Yo puedo ser la mejor médica del mundo, pero sin más gente, no puedo hacer nada. Sentirte acompañada y sostenida por personas que no piensan que eres rara es motivador”, afirma Pinat.