El liderazgo puede ser social e individual. A cada joven le corresponde de forma responsable disminuir los riesgos, las conductas riesgosas y las posibles circunstancias que le llevan hacer vulnerables. Nuestras sociedades sobrevaloran las cosas que son tangibles y que generan placer: vehículos, dinero, confort, viajar, objetos de marca, consumo, el éxito y la eficacia. Las sociedades estimulan a los jóvenes a consumir la prisa, la inmediatez, el entretenimiento, lo visual, la notoriedad, el llamar la atención, etc; de ahí que muchos jóvenes sientan la necesidad de valoración y aceptación a través de las redes, de ser noticias, no importa si es negativo o riesgoso lo que hacen, lo que practican o lo que se difunde de su conducta. Literalmente ellos(as) no son los únicos responsables de lo que les pasa; más bien, existen indicadores, circunstancias y razones que se van reproduciendo de forma sistémica en sus familias, en sus escuelas, en su comunidades, en los grupos de amigos, en los diferentes espacios donde socializan qué les influye o los condicionan en hacerlos víctimas o victimarios. El verdadero desafío de miles de jóvenes es, cómo salir exitoso de la adolescencia o cómo ser jóvenes saludables, responsables y funcionales dentro de las condiciones adversas y riesgosas en las que viven. Por mi tipo de trabajo, por socializar y escuchar a jóvenes que construyen liderazgo sanos, que asumen vida con propósitos, que practican la responsabilidad social de cuidar a otros jóvenes; de guiar y proteger a cientos de amigos, de construir el futuro en el presente, y de no dejarse influenciar por ninguna circunstancia riesgosa ni tóxica. Esos jóvenes construyen su futuro, ya sea estudiando, trabajando, siendo emprendedores, asumiendo un proyecto de vida responsable, sin drogas, sin sexo riesgoso, sin transgredir las normas, sin desafiar ni escapar de la familia, ni de la universidad, ni de la vida, ni de los propósitos sanos. En cientos de barrios marginales y excluidos existen jóvenes con talentos, que saben insistir, persistir y resistir, para ir detrás del logro, del éxito construido, de la esperanza y del ideal posible. En las escuelas, en universidades, en la clase media y alta, existen jóvenes que construyen su futuro en el presente, y desean ser diferentes y comprometidos con la sociedad en que vive. Pero también, hay miles de jóvenes profesionales esperando por un trabajo, una oportunidad y un espacio para construir y demostrar que se puede servir de forma eficiente, competitiva, con alto desempeño y buena productividad; sin hacer lo incorrecto, sin violentar las normas y saltar peldaños. Los jóvenes que son responsables, asumen compromisos y militan socialmente con las estrategias de una sociedad que debe construirse de forma diferente. Pero esperan la apertura, la inclusión y las oportunidades. Desean también, que las políticas públicas, el empleo decente, el sistema financiero, la banca y los préstamos sean preferencial para los jóvenes poder adquirir una vivienda, un negocio, una investigación, una micro empresa o una iniciativa colectiva para apoyar a la comunidad. Frente a nuestros ojos, y en nuestras vidas pasan jóvenes que desean vivir, ser felices, asumir esperanza y lograr sueños. Existen familias orgullosas y positivas con sus jóvenes; iglesias y universidades que respiran y sienten las caricias de la juventud que le militan.
Para esos jóvenes, el futuro es ahora; tienen liderazgo, se comprometen y buscan el altruismo, la responsabilidad social y la empatía para asumir la felicidad y el bienestar. No se trata de adaptarse a los defectos de sociedades que reproducen y desmotivan e incentivan al conformismo, el acotamiento social, la impotencia e indefensión. Los jóvenes que asumen propósitos y que son resilientes sociales saben que tienen que participar y militar en su autoestima, en sus logros y sus metas, para alcanzar la felicidad y la paz que tanto se merecen. La felicidad, la dignidad, el bienestar y el porvenir son necesidades que los jóvenes se han ganado con su esfuerzo; Es ahora, no después. El futuro lo han construido estudiando y luchando para ser diferentes pero no desiguales.