El profesor Juan Bosch, eminente escritor, pensador social y gran maestro dominicano de la política, elaboró un avanzado concepto sobre la filosofía del deporte y su finalidad humana. Este acierto del expresidente de la República sobre la trascendente manifestación universal, es prácticamente desconocida en nuestro ámbito deportivo, la cual se encuentra en su obra “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”.
El texto fue escrito en Puerto Rico en 1964 donde el humanista vegano fue exiliado tras el golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, que lo depuso del poder siete meses después de ser elegido.
El autor dice en la introducción que quiso poner de relieve ante los ojos de dominicanos y latinoamericanos las debilidades intrínsecas de una sociedad, cuyo desarrollo ha sido obstaculizado sistemáticamente por fuerzas opuestas a su progreso y que como resultado de esas debilidades, la democracia creada por el pueblo, era también intrínsecamente débil y no podía hacer frente a sus enemigos tradicionales.
“La crisis de la democracia en la República Dominicana –sostiene–es una crisis de la Democracia de América. Tiene sus peculiaridades dominicanas, pero no es exclusivamente dominicana. Cuando fue derrocado el Gobierno que el pueblo había elegido el 20 de diciembre de 1962, el puñal entró en carne dominicana y su punta fue a clavarse en el corazón de América”.
La parte en la que se refiere al deporte desde una perspectiva formativa o educativa aparece en la página 195, del capítulo XVIII: (El papel de la corrupción en el golpe). Narra que unos días después del golpe de Estado que llevó a Batista al poder en Cuba en el año 1952 oyó decir a un chofer jamaiquino de auto público en La Habana, algo que le impresionó. El chofer opinó que Batista había hecho eso porque es un hombre que no sabe perder, y agregó: que el que no sabe perder no puede ser un buen ciudadano.
El autor de La Mañosa, entre otros títulos de su amplia y diversa bibliografía, recuerda que en ese momento se quedó pensando que el que no sabe perder no sabe tampoco ganar, y pretende ganar a la mala, arrebatándoles a otros lo que tienen. Entonces hace una comparación con el deporte y el tema que inició el chofer jamaiquino, lo cual también vendría a guardar relación con el accionar de los sectores nacionales reaccionarios y corruptos que vulneraron la voluntad del pueblo luego de su abrumadora elección como presidente constitucional.
Entonces completa el párrafo con el criterio siguiente: “En pueblos de escaso desarrollo, donde los conceptos no se forman sobre bases seguras, se enseña el deporte para producir el puro desarrollo muscular y no se les da a los jóvenes deportistas de las escuelas la filosofía del deporte y su intención humana, que no es hacer hombres musculosos para que exhiban los bíceps en la playa o en fotos de concursos; es, también y sobre todo, formar mentalidad de equipo, carácter sobrio, enseñar a ganar un trofeo sin que produzca soberbia y perder un desafío sin que produzca humillación”.
Solo con tal conceptualización sintetizada dentro de un ensayo escrito hace 55 años -que todavía conserva vigencia-, el venerable escritor y patriota demostró lo adelantado que estaba en su época entre sus connacionales en cultura global, en materia de política deportiva, haciendo hincapié en la vertiente formativa y dentro de los principios éticos de esa trascendente actividad humana.