CARACAS — Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional que se declaró presidente interino ante miles de adversarios de Nicolás Maduro, afirmó que no descarta ofrecer amnistía al mandatario venezolano durante una eventual transición, en un momento en que el mundo está atento a los siguientes pasos que tomará para intentar arrebatarle el poder al gobierno socialista.
En una entrevista con la periodista Patricia Janiot de la cadena Univisión, transmitida el jueves en la noche, Guaidó dijo que la amnistía para Maduro y sus colaboradores más cercanos está abierta para que se acojan a la ley que promueve la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, para los militares y otros funcionarios que ayuden a reestablecer la democracia.
Esas garantías son “para todos los que estén dispuestos a ponerse del lado de la Constitución, a recuperar el orden constitucional”, agregó el legislador. Fue la primera entrevista que concede tras declararse presidente interino la víspera.
“En los periodos de transición han pasado cosas similares”, resaltó Guaidó, quien ha sumado el apoyo de más de una docena de gobiernos de países latinoamericanos, así como de Estados Unidos y Canadá, entre otros en el mundo, que han desconocido la reelección de Maduro para un segundo sexenio, argumentando que los comicios de mayo no fueron justos y libres.
Algunos de esos países han exhortado a Maduro a que le entregue la presidencia a Guaidó y se convoque a nuevas elecciones presidenciales.
Maduro, a quien la cúpula militar reiteró el respaldo el jueves, sostiene vehementemente que fue elegido en un proceso limpio y democrático.
Horas antes, el mandatario socialista anunció la decisión de cerrar su embajada y consulados en Estados Unidos y de regresar a su personal diplomático a más tardar el sábado. Las tensiones políticas con sus opositores locales y Washington siguen creciendo mientras se recrudece la espiral de violencia que ha dejado 21 muertos en las últimas horas.
“Así lo ratifico porque ahora ellos (en Washington) pretenden decir ‘no, desconocemos al gobierno de Maduro y nos quedamos’; pero ¿qué creen?”, dijo Maduro en alusión a los comentarios del secretario de Estado, Mike Pompeo, quien afirmó que Estados Unidos no retiraría a sus diplomáticos. Por el contrario, el mandatario venezolano dijo que el gobierno de Donald Trump cumpliría la directriz del jefe de la Asamblea Nacional.
Pompeo señaló también que Washington no reconoce la autoridad de Maduro y que éste no tiene la autoridad legal para romper las relaciones diplomáticas con ellos, ante lo que el gobernante venezolano afirmó que se trata de una “reacción infantil”.
El alto mando militar venezolano ratificó su respaldo a Maduro, descartando la posibilidad de levantamientos en los cuarteles tras endurecerse el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.
“No vamos hacer absolutamente nada que esté fuera de la constitución”, dijo el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino, al ratificar el apoyo castrense a Maduro, y afirmó en un mensaje difundido por la televisora estatal que se está llevando adelante un golpe de Estado contra la institucionalidad y el mandatario socialista.
Al condenar la acción que realizó Guaidó la víspera, Padrino López expresó que eso fue un evento de “alta peligrosidad” que, aseguró, va contra el estado de derecho y la paz.
El jefe militar aseveró que se busca imponer en Venezuela, con el apoyo de algunos países, un “gobierno de facto paralelo”. Asimismo, López dijo que la fuerza armada actuará para evitar una guerra civil en el país, y manifestó su apoyo a las iniciativas de diálogo que promueven algunos gobiernos.
Los jefes militares de las llamadas Regiones de Defensa Integral (REDI) venezolanas también ratificaron el apoyo a Maduro.
Con estos pronunciamientos se descartaron por el momento las señales de abandono del respaldo a Maduro por parte de la fuerza armada, afirmó la analista Rocío San Miguel, presidente de la organización no gubernamental local Control Ciudadano para la Seguridad y la Defensa, pero sostuvo que es de llamar la atención que las declaraciones se dieron un día después de los eventos y sin estar en sintonía con otras autoridades.
A principios de la semana se registró un alzamiento en un comando capitalino de la Guardia Nacional que fue abortado luego que los militares rebeldes se entregaron a las autoridades, situación que alimentó las dudas sobre el malestar entre los miembros de la fuerza armada que, al igual que el resto de la población, se han visto duramente golpeados por la crisis económica.
En tanto, la comunidad internacional se mantiene dividida sobre la postura que asumirá ante la decisión que tomó Guaidó de declararse presidente interino en abierto desafío a Maduro, que hace dos semanas inició su segundo sexenio.
El jefe del Congreso anunció el jueves en Twitter que recibió una llamada del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, e indicó que el mandatario europeo “me confirmó su total respaldo”.
Sánchez se reunía el jueves con mandatarios latinoamericanos al margen del foro de Davos.
El ministro de Exteriores español Josep Borrell promovía una reunión de cancilleres europeos para analizar la situación en Venezuela y hallar “la mejor manera de apoyar elecciones libres”.
Maduro ha denunciado un intento de golpe de Estado y acusó a Estados Unidos, con el que rompió relaciones, de dirigir una operación para imponer un “gobierno títere a sus intereses”.
Mientras las tensiones políticas crecen, el descontento por la profunda crisis social y económica que en la que sumida el país suramericano sigue aflorando en las calles.
Por tercera jornada consecutiva se reportaron violentos disturbios nocturnos y saqueos de comercios en algunas barriadas pobres de la capital venezolana, donde manifestantes, algunos armados, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, según informaron medios locales y organizaciones humanitarias.
Las protestas antigubernamentales y saqueos a comercios ocurridos entre el miércoles y la madrugada del jueves en Caracas y algunas ciudades del país dejaron 21 muertos por disparos de armas de fuego, indicó a la AP Marco Ponce, coordinador del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. Durante el pasado martes se reportaron otras cinco muertes por impacto de bala en las protestas, con lo que la cifra total de los últimos tres días se eleva a 26.
Amnistía Internacional manifestó preocupación por el saldo de muertes que han dejado las manifestaciones, y en un comunicado el jueves condenó que la respuesta del gobierno de Maduro ante el reclamo de la población por la grave crisis sea sacar a las calles funcionarios militares y policiales, “aplicando su política de represión”.
Sin pronunciarse sobre la acción de Guaidó, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, pidió en un comunicado el inicio de un proceso político inmediato que conduzca a elecciones “libres y creíbles”.
La mayoría de los países latinoamericanos también expresaron su apoyo a Guaidó con excepción de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua, aliados de Maduro. Los gobiernos de México y Uruguay emitieron un comunicado conjunto para pedir una solución “pacífica y democrática” ante el complejo panorama que enfrenta Venezuela.
Asimismo, Rusia y Turquía reiteraron el soporte al gobierno de Maduro.