Juan Hubieres, candidato a senador de Monte Plata por una coalición de ocho partidos políticos, afirmó que hay una decisión política del gobierno, del senador de esa provincia, del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), y de los llama “financiadores de sicariato” de golpearlo en su propio pueblo (Bayaguana).
Hubieres salió al frente a la acusación hecha por dos miembros del Sindicato de Chóferes Santo Cristo de Los Milagros, en el municipio de Bayaguana, quienes exigieron una explicación sobre el uso de los fondos recaudados por dicha institución.
El empresario del transporte y político atribuyó la supuesta persecución en su contra a unas denuncias que él reveló recientemente en un programa de televisión sobre las supuestas “mafias” en la comercialización de los combustibles.
El presidente de Fenatrano afirmó que las denuncia en su contra están basadas en mentiras, al mostrar documentos sobre las decisiones de los miembros del sindicato de Bayaguana durante asambleas.
En ese sentido, precisó que algunos miembros del citado sindicato decidieron constituir de manera ilegal el pasado año la empresa Sichosacba, cometiendo un delito penal de usurpar un nombre, acción que fue enfrentada mediante un acto de oposición y advertencia en los tribunales.
El dirigente sindical aseguró que la creación de la empresa Sichosacba fue patrocinada por el gobierno, el senador y el Intrant, así como los “financiadores de sicarios” para que unas 10 personas se apropien de los bienes que les corresponden a cerca de 400 trabajadores del transporte en Bayaguana.
El también presidente de la Federación Nacional de Transporte la Nueva Opción aseveró que como Fenatrano se ha convertido en una muralla contra las pretensiones del gobierno, ellos recurrieron a este método para apropiarse de los bienes del citado sindicato.
Finalmente, Hubieres dijo que responderá a la acusación en su contra de la misma manera como ha respondido a los responsables de los asesinatos de los cinco choferes, del regidor de Bayaguana, Renato Castillo, y de las “mafias de los combustibles”.