Por: Bienvenida Polanco Díaz
La verdad resplandece aún en el fondo de una caverna y puede ser ignorada hoy y mañana sin que su naturaleza se transforme. Lo único que requiere para imponerse es ojos que la vean y oídos que la oigan’’. Juan Bosch en el prólogo a Judas iscariote el calumniado
En el año 2006 fue develada la datación de la escritura de ‘El Evangelio según San Judas’. El Centro de Física de la Universidad de Arizona dio a conocer la fecha a la que se arribó por el método llamado del carbono 14. El papiro, al igual que toda partícula orgánica viviente, pierde cada año una vez cultivado una cantidad predecible de este componente. Colocado en una máquina especial un pequeño fragmento del antiguo papel ardió y en el lapso de 15 horas el resultado pudo verse en las pantallas del alto centro de investigación: entre 300 y 400 años dC. Fecha mas aproximada : 280 dC.
Los resultados del proceso de autenticidad avalados por la Academia despertaron todo tipo de expectativas, opiniones, suspicacias; más profundidad en fin, en estudios sobre el tema. El National Geographic Channel se hizo eco durante semanas, meses, del acontecimiento. En un cierto paralelismo con el fenómeno contemporáneo protagonizado por El código Da Vinci.
El Códice Tchacos
En una caverna egipcia próxima a El Minya se halló el documento de autor anónimo, de un original en griego escrito. La recuperación se inició en 1978 cuando por casualidad un campesino egipcio encontró la valiosa pieza. Después de recorrer numerosas tiendas de antigüedades en Egipto, Europa y Estados Unidos las 26 hojas de papiro escritas en copto, fueron depositadas en un banco de la localidad de Hicksville en NY durante 16 años y en el 2000 las compró una anticuaria de Zurich, Frieda Nussberger-Tchacos, por lo que al documento se lo conoce también como el Códice Tchacos.
La National Geographic apoyada por la Maecenas Foundation for Ancient Art de Basilea y el Waitt Institute for Historical Discovery, luego de realizar los estudios con carbono marcado así como el de la tinta utilizada, le encargaron a un profesional suizo, Rodolphe Kasser que reconstruyera y tradujera del copto el manuscrito de la presunta copia griega.
Ya se había documentado antes la existencia de este evangelio en el año 180 después de Cristo pues es sabido que el obispo Ireneo de Lyon Francia lo condenó a desaparecer. Frida Tchakros anticuaria que opera mayormente en Nueva York ha personalizado un extraordinario esfuerzo para que finalmente fueran completadas la traducción y certificación. » Siento – declaró frente a las cámaras del National- que estoy llamada a devolverle la dignidad a Judas».
“Callar es como morir’’
La autentificación del Evangelio redescubierto precipita en el abismo de la duda lo narrado en cualesquiera de los libros bíblicos que durante 2000 años ha asegurado un lugar en la maldición y el odio para Judas, como el de Jesús en la bendición y el amor. ?Cómo se originó la acusación de traidor? ¿Por qué se originó? ¿Cómo se explica que durante dos mil años haya sido aceptada sin un análisis serio por toda la humanidad? Estas interrogantes, textualmente clavadas aquí tal como aparecen en Judas iscariote el calumniado, fueron consecuencia – no causa- nos aclara Bosch de un estudio que le tomó dos décadas.
Hacia 1946 aparecieron algunos resultados de aquella investigación del escritor dominicano en la revista ‘Bohemia’ de La Habana . No fue sino hasta 1955 cuando apareció en forma de libro bajo el sello de prensa editorial de Santiago de Chile. En el marco de la exquisita sencillez que caracteriza a toda su literatura Juan Bosch nos muestra aquí un estilo en plena madurez. Se trata de una exposición simple y al alcance de todos de principio a fin. Con la destreza propia del que enseña bien nuestro autor no tarda en ubicar al lector en tiempo y espacio.
Un » prólogo indispensable» – lo llama Bosch- fue posterior a su escritura : «La obra ha sido el producto de muchos años de meditación -aclara- pero no fue acometida con prejuicios sino más bien al contrario con mente abierta y lista a aceptar las conclusiones que se derivaran de un estudio realmente honesto del personaje y de los acontecimientos en los que se destacó (…) las respuestas a las preguntas aludidas no pueden tomarse como hipótesis». Por su advertencia, de plano el escritor nos hace partícipes de esta imposibilidad ; ya al final del último capítulo se queja : «Todo es posible. Ningún documento nos ayuda a disipar las dudas».
Justo esta página final resulta una extraordinaria muestra de simpatía. Esta, la aptitud simpática, maravillosa capacidad humana que hiere uno de las más nobles y generosas virtudes de un espectador, es decir, la de padecer con los otros. Es sin embargo en este caso el escritor quien se muestra abrumado. Después de decenas de páginas explicativas de sus pesquisas no puede evitar un tono de dolida impotencia. Se produce de hecho, una decisión entre él y el lector y aquí este desaparece para dar paso a una especie de monólogo.
El autor queda solo. Tan solo él y la carga que implica intentar rescatar a su personaje. Leamos : » Judas ha desaparecido sin hablar. Estuvo en el huerto la noche del jueves no dijo a qué iba ; se disolvió se alejó y no dijo por qué. Puede que haya ido al olivar a dar fe de su presencia junto a Jesús ; puede que volviera a Kerioth porque oyó decir que sus compañeros comenzaban a acusarle de haber entregado al maestro ; puede que desapareciera porque él, el extraño entre los galileos no podía seguir conviviendo con ellos una vez muerto Quién era el guía de su alma y el amigo de inefable ternura.
Todo indica que se le empezó a acusar de traidor después de haberse alejado, pero puede que haya abandonado la lucha porque comenzó a ser objeto de sospechas y de ataques debido a su inexplicable presencia en el huerto la noche de la aprehensión.»
A seguidas Bosch retoma su lugar para concluir como si estuviera mirándonos a los ojos : “ (…) los otros hablaron. Él cayó. Y callar es como morir. Ya Jesús lo había dicho : ‘’Dónde está el cadáver, allí se reúnen los buitres’.
Los signos de los tiempos
Sin alterar las fuentes, sin tergiversarlas y prescindiendo de inútiles interpretaciones nuestro autor presentó al público de mediados del siglo XX su libro sobre Judas. En su momento se lamentó de la falta de documentación existente entonces. «Judas no escribió – nos dice- no adujo palabra alguna en su defensa y durante todo este tiempo no ha habido fuente directa en qué abrevar para justificar una revisión del juicio que le ha condenado».
Por un equipo de profesionales en arqueología bíblica, en el 2000, justo un año antes de la muerte de Bosch. la señora Tchakros adquirió con una inversión inicial de $300, 000 dólares la antiquísima pieza en cuestión. Desde entonces esta ha sido tratada con todos los honores propios de sus implicaciones encabezados suizos Florencia Dabre, conservadora, y Rudolph Kasser, traductor.
Con el final de las pruebas de autentificación y a las puertas de un acceso abierto al gran público ‘The gospel of Judas’ constituye un reto a nuestra capacidad de lógica y de caridad. La Caridad es el amor puro de Cristo. Por demasiado tiempo hemos desdeñado todo lo que se alejara de una credibilidad científica y hela aquí, frente a nosotros a raudales, ahora y en el futuro más próximo.
Ayer, hoy, y las verdades eternas
Una vez escuché decir en su despacho de la dirección de la Biblioteca Nacional al historiador Diómedes Núñez -quien fue por más de dos décadas primer secretario de Juan Bosch- que en los años cincuentas Neruda y García Márquez, ambos elogiaron públicamente y por escrito el estilo singular de Bosch desplegado en este libro. Hasta ahora no ha dejado de leerse ni de editarse… Veamos en el apartado Goodreads del Sitio‘The big books of spring’ del 18 de este marzo 2024 la nota que pone respecto a ‘Judas Iscariote el calumniado’ la lectora Shey Lee con cientos de ‘’reviews follow’’ : ‘’Me ha encantado poder leer este libro mientras analizaba junto a la narración del autor los hechos y las discrepancias en ellos. Ver las cosas desde un punto aparte del fanatismo, hace ver las posibilidades que existen.’’.
Los signos de los tiempos parecen exigirnos posturas definidas ante los asuntos de importancia cristiana, al margen de sectarismos. Respecto a Judas la monstruosa acción atribuida nos movería por natural inclinación a indagar sobre la verdad, o en todo caso sobre las circunstancias reales en las que tomó forma ese «sentimiento repulsivo designado tristemente con su nombre» como bien lo define Bosch.//