“Siempre existe para un roto, un descosido”
Refrán español
Este sabio dicho hispano indica con claridad como la elección de pareja suele obedecer a patrones inconscientes, derivados de la relación afectiva que hemos sostenido con los padres en nuestra infancia. Los estudios demuestran como las relaciones disfuncionales entre padres e hijos suelen afectar las relaciones futuras, activando lo que conocemos en psicología con el nombre de “juegos colusivos en la pareja”.
¿Conoces parejas enredadas en la dinámica sadomasoquista de “ni contigo ni sin ti”? A lo largo de mi práctica terapéutica, he visto montones de personas enredadas en implicaciones insanas. Las relaciones de pareja son el examen de amor que nos hacemos a nosotros mismos.
La etimología de la palabra “colusión” nos lleva al vocablo latino “collusio”, que alude a un acuerdo ilícito que establecen dos o más partes con el objetivo de provocar un perjuicio a un tercero.
En todas las relaciones existen conflictos, pero solo cuando estos se vuelven severos y tenaces, la pareja suele sentirse coludida. En su origen, el concepto de colusión fue usado en los estudios del psicólogo austríaco Paul Watzlawick, un personaje de referencia en la terapia sistémica, conocido por su teoría de la comunicación humana.
El filósofo decía que “la comunicación es inherente a la vida”, ya que todo comportamiento es una forma de comunicación (a nivel implícito y explícito), inclusive cuando se trata del silencio. A posteriori, la obra Tensiones maritales del psicoterapeuta Henry Dicks mostró el concepto de colusión empleado en las relaciones conyugales.
Sin embargo, fue el psiquiatra y psicoterapeuta suizo Jürg Willi quien divulgó el término “colusión” en la terapia de pareja. El director del Instituto de Terapia Ecológico-Sistémica de Zúrich nos brinda una propuesta integrativa del enfoque sistémico y el psicodinámico. El primero se enfoca en la familia, mientras el segundo se concentra en el individuo.
Para Willi, la estructura de la relación es la que determinará si prevalecerá el comportamiento enfermo sobre el sano o al revés. El catedrático explica que “existen relaciones estables y felices entre individuos altamente neuróticos” porque al ser “conscientes de sus propios problemas, esperan menos del otro” de lo que se suele desear en las relaciones hoy día, permitiendo así que la pareja funcione.
Por otro lado, el catedrático nos advierte que encontraremos “individuos aparentemente sanos, incapaces de mantener vínculos estables con los otros”. También, los conflictos de pareja “pueden surgir en ausencia de cualquier patología individual significativa”, dice el autor de Psicología del amor.
Los juegos colusivos en la pareja son una trampa que nutre mecanismos tóxicos de culpas, reproches, inseguridades y miedos. Rara vez la pareja encuentra una puerta de salida por sí misma. La recomendación es buscar un acompañamiento profesional. Parafraseando a Willi, hay personas que se refugian en la relación por miedo a conocerse a ellas mismas.
El psiquiatra explica que el comportamiento colusivo forma un “inconsciente común” en la relación que sostiene la pareja, en la que el conflicto se repite continuamente en un paradójico proceso de alejamiento y proximidad. Para los miembros de la pareja, que no soportan la separación pero tampoco logran alcanzar la intimidad, la relación es una tarea que puede llegar a ser ardua y dolorosa.
¿Tienes claridad de cuáles han sido los beneficios que has obtenido durante el tiempo de pandemia? Afortunadamente, todas las situaciones traen bondades y regalos, ¡aun las más complicadas! Poder tener un inventario honesto de las pérdidas y ganancias del 2020-2021, te permitirá ir hacia lo próximo con mayor confianza y libertad.
En mi caso, el aislamiento social y los toques de queda del segundo y tercer trimestre del 2020 me permitieron terminar con éxito el TFM del máster en filosofía, que cursaba en la Universidad del País Vasco, además de tomar valiosos seminarios con maestros a los que solo era posible acceder realizando un viaje, con toda la inversión de recursos que eso conlleva.
Poder capacitar (me) en casa, sin alterar significativamente mi rutina, ha sido un valioso obsequio que me he entregado. Uno de los preciados cursos que realicé fue con las maestras Yraida Carolina Moreno y Elia Narcio. Recibir la rica erudición de ambas terapeutas, con la generosidad que las caracteriza, fue una experiencia exquisita que aligeró el complicado momento que la humanidad experimentaba.
Luego de once años, la psicóloga Yraida Carolina Moreno, a quien además de colega puedo llamar amiga y hermana, retorna a nuestra isla para compartir su vasta experiencia en los juegos de colusión, uno de los temas que más interés suscitó entre los participantes del entrenamiento on line que ofreció junto a Narcio.
Fundadora de Psiquexpresión, un espacio dedicado a co-crear procesos que generen consciencia, Moreno tiene una trayectoria de más de dos décadas en el ámbito psicoterapéutico. En su hacer profesional encontramos la creatividad y sabiduría de sus raíces indias. De origen venezolano, el destino ha conducido a Yraida Carolina a enriquecer su práctica con la vivencia recogida en distintos países de América Latina, dentro de los que incluye varios años de residencia en Santo Domingo.
Diversas miradas relacionadas al bienestar y la felicidad humanas, y los caminos posibles para sostenerla, acercan mi camino profesional (y personal) al de esta hermana espiritual. Me siento honrada de ser su anfitriona en este significativo viaje que realiza y tengo la total certeza de que el encuentro de conocimientos, que compartirá con los asistentes a su taller, se beneficiará de su vasto entendimiento acerca de la naturaleza caribeña.
¿No te parece un tema fascinante para ver en un curso? El origen de los juegos colusivos en la pareja suele tener su origen en heridas emocionales infantiles que han quedado reprimidas y siguen causando dolor. En estas dinámicas, ambos miembros se necesitan para obtener una curación recíproca de las frustraciones y deseos no realizados de la niñez, que impactan de forma inconsciente la relación de pareja.
Cuando los miembros de una pareja están coludidos, cada uno aspira a que el otro “le salve” de su propio conflicto interno, rescatándolo de los “miedos del pasado” que han sido originados por las heridas recibidas en las relaciones paternales o relaciones no gratas con parejas anteriores.
Otro punto interesante es el del psicomago Alejandro Jodorowsky, quien afirma que “en el amor, tan pronto como el otro no nos satisface, tampoco nosotros le satisfacemos”. ¡Guau! ¿No te parece impactante? En mis años de tarotista muchas personas venían a consulta para indagar a través de las cartas si la pareja le amaba. Jodorowsky cree que la mejor manera de saber “si alguien nos ama” es preguntarnos sinceramente “si nosotros le amamos”.
A juicio del cineasta “ciertas pérdidas, ciertos rechazos”, son en realidad “oportunidades benditas”, que pueden sacar a la luz los juegos de colusión. En Cabaret Místico, el artista chileno de ascendencia judío-ucraniana escribe que “hay parejas en las que uno de los dos miembros impide al otro cambiar para no hacerlo él mismo”.
En el intento desesperado de tener una “buena relación”, la persona coludida vuelve a tener los mismos patrones ineficaces, que le llevan de vuelta a las mismas dificultades que desea evitar. Verse de nuevo en el doloroso “clima emocional” que tanto daño le causó anteriormente la deja cansada, desilusionada, frustrada y rabiosa. Estas emociones reactivan los juegos de culpa que suelen llevar la mirada hacia el otro, en vez de ir hacia el sí mismo.
En realidad, los miembros de la pareja alcanzan la posibilidad de contactar el amor en el momento que abandonan las expectativas acerca del otro y comienzan a reconocer que su semejante es un espejo en el que se miran a ellos mismos.
La relación de pareja es el aula magna del amor. Tal como dijo Anais Manen en una entrevista para La mente es maravillosa, suele existir la creencia de que el éxito de la pareja es durar “mucho tiempo”; sin embargo, el secreto podría ser otro muy diferente. Por ejemplo, durar “hasta donde sea sano”.
Si lo que has leído te resuena, te animo a mirar los juegos de colusión con Yraida Carolina.