Julio Valdez, pertenece a la camada de artistas dominicanos que recibieron una formación académica y técnica con todo el rigor de la Escuela de Arte de Altos de Chavón, donde la formación artística se recibía con todos los cánones de la pedagogía y de la didáctica.
Una capacitación que ofrecerá la posibilidad de nutrir al artista de reflexión , pensamiento, y medición , lo que hoy encontramos en su obra pictórica y gráfica que se caracteriza por una composición impecable y un diálogo de luces incomparable
.Ganó El Premio de la BIenal 2023. 2023, confirmando toda una carrera de más de treinta años, sellada por una trabajo continuo de investigación, y compromiso con su factura estética y visual.
Cuando identificamos su obra con el referente de tierra y mar, es porque desde la perspectiva discursiva de su impresionismo y realismo alegórico el conjunto de su producciones contienen el ingrediente del color y el movimiento de las formas que marcan el sujeto donde la figura humana permanece en estado de meditación y flotación suspendida en le tiempo, como señal cósmica universal , que el artista sabe llevar de orilla a orilla desde su aventura migratoria hacia la Gran Manzana, en una trayectoria nómada , que nunca pierde su raíz de origen insular caribeña.
El impresionismo visual de Julio Valdez, se ubica dentro de los referentes espirituales sincréticos y étnicos heredados de los mitos amerindios taínos pero también afroamericanos que ya se manifestaban en 1996 co9n la obra ´´Autorretrato II´´ que reivindican abiertamente el compromiso del artista con su identidad desde la Creación, haciendo de la isla , no una reivindicación pero si un manifiesto ético-estético con referente atemporal , la isla de ayer , de mañana y de hoy desde la esencia misma hasta la revelación. Estas observaciones corresponden a una etapa de autoconciencia cruzó el mar que se marcó entre 1996 y 1998, lo referimos con atención porque Julio Valdez, no cruzó el mar con nostalgia, pero si empoderado de su geografía, visual ,convencido que él mismo era esa isla que llevaba por dentro y por fuera para reivindicarse como sujeto de producción artística.
Entonces, desprendiéndose de su cuerpo y rostro, se sumerge, flota, nada y camina por el mar .
La obra se convierte en sueño, en alegoría, donde las luces se imponen en capas de transparencias lo más cerca de los fondos marinos verdes, azules , grises malvas, con cuerpos submarinos de peces, y espectros humanos perdidos en las profundidades, con la poética del barquito de papel ,que evidencia el viaje , la deportación, la yola ilegal , el tráfico de personas , que el artista maneja en dibujo y forma con una prudencia y pudor digno de un poeta simbolista del siglo 19.
Julios Valdez saca todos los matices de su aromática acuática con la sutileza de un impresionista como Monet, haciendo del color un escalafón de ánimo y vida a través de la luz, pero no a cielo abierta ,sino más bien en el fondo marítimo .Entre lo años 2002 y 2010 ,el mar se impone ,como se impuso el lago en los pintores de Giverny.
La cromática de sus obras marinas se lucen como espacios de transparencia para llegar a lo más hondo de la convivencia entre los elementos terrenales, tierra, agua, aire. Elementos existenciales donde el ser humano no se puede quedar al margen, por eso el discurso existencial del sujeto humano, convertido en el mismo artista fusiona con el pensamiento para de imagen, pasar a idea existencialista….camusiana…porque Julio Valdez se sumerge ,flota, vuela, dormita y se enciende entre la tierra ,el cielo y el mar como una gaviota mensajera que nos lleva a la gloria de existir.
Hoy día, residencial en Estados Unidos, desde hace unos veinte años, pero nunca rompió su cordón umbilical artístico con su isla, un lazo de sus imaginarios creativos que se llevó al Barrio, donde trabaja en un taller abierto y solidario con los artistas caribeños de la diáspora y del mundo. Julio Valdez es un artista con actitud abierta a sus colegas, manifiesta interés y atención por sus iguales, sin miedos ni atropellos porque entiende que el arte es un lazo y un puente humano. Gano el premio de la Bienal nacional de artes visuales con una Obra exquisita que honra a nuestros artistas queridos, una obra que nos toca profundamente por el homenaje humilde y profundo a nuestras banderas de la creación Vitico, Jenny Polanco .
Entendemos hoy que el Premio a Julio Valdez, es un puente de valoración nacional dentro de la mar ca país.