Justicia carcelaria

Justicia carcelaria

Claudio Acosta

“Estoy haciendo este video para que se den cuenta de que no tengo ningún golpe en mi cuerpo, para que se den cuenta de que estoy nítido, por si sucede algo ya ustedes tienen conocimiento y las autoridades de lo que sucedió. Por si ahorita aparezco muerto, o aparezco ahorcado, o aparezco envenenado, ya ustedes saben por donde viene esto”.

Quien pronunció estas palabras fue el recluso Gregorio Camacho, quien luego de asesinar a puñaladas a su pareja sentimental durante una visita conyugal en la cárcel de la fortaleza La Concepción de La Vega grabó un video en el que admitió el hecho, pero también advirtió sobre lo que le podía suceder y que efectivamente le sucedió.

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Y ocurrió a pesar de que luego de haber cometido el crimen fue trasladado a otra cárcel, dizque para protegerlo de posibles represalias, donde la madrugada de este jueves fue encontrado muerto en su celda, donde se habría ahorcado. Pero dadas las circunstancias y la existencia del video en el que advirtió sobre su posible suicidio, es fácil adivinar lo que realmente le sucedió.

No tengo dudas de que luego de cometer un crimen tan vil arrebatándole la vida a una muchacha en la flor de la juventud muchos dirán que se hizo justicia, y me temo que lo mismo pensarán las autoridades penitenciarias, en gran parte responsables, debido a su descuido, de su muerte. Es por eso que tampoco me parece probable que si se trató de un asesinato por venganza, como sospecha todo el mundo, el responsable o responsables del hecho aparezcan, por lo que eso se quedará así.

Pero esa “justicia carcelaria” alentada por la sed de venganza no le devolverá la vida a Casandra Carmelina Castillo Santiago, a quien la desgracia puso en su camino a su verdugo, ni tampoco evitará que esas cosas sigan pasando en las cárceles dominicanas, donde delincuentes y criminales, a pesar de estar presos y bajo vigilancia, cuentan con las facilidades necesarias para continuar robando, estafando y asesinando.

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