La 7ma. Reunión Comunidad Científica del Caribe

La 7ma. Reunión Comunidad Científica del Caribe

Del 5 al 7 de julio de 2006, se celebrará en Santo Domingo la séptima reunión de la Comunidad Científica del Caribe –CCC– , la que tendrá como sede anfitriona a la Academia de Ciencias de la República Dominicana.

La CCC es el resultado de la asociación de las siguientes instituciones: Academia de Ciencias Económicas y Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, ambas de Venezuela; la Academia de Ciencias de Cuba, el Consejo Nacional de Universidades de Nicaragua, la Academia de Ciencias de Guatemala, la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la Academia de Ciencias de Costa Rica, la Academia Caribeña de Ciencias Caribe Anglófono, la Cariscience Caribe Anglófono, y la Senacyt de Panamá.

Como síntesis de la historia y propósitos de la Comunidad Científica del Caribe (CCC), nos permitimos transcribir el llamado de ésta de reciente circulación.

“Nosotros, la Junta Directiva de la Comunidad Científica del Caribe (CCC), a la luz del llamado a la unión expresado por más de 15 países en la Conferencia para la Cooperación Científica para el Desarrollo en el Caribe, realizada en Puerto España (Trinidad y Tobago) en 1998, en ocasión del décimo aniversario de la Academia de Ciencias del Caribe; de los acuerdos de la Reunión Regional de Consulta de la América Latina y el Caribe para la Conferencia Mundial de Ciencias, de marzo de 1999 en Santo Domingo; de los acuerdos recogidos en la Declaración y el Marco para la Acción, documentos ambos resultantes de la Conferencia Mundial de Ciencias en 1999, en Budapest, y convocados por la Declaración y Convocatoria Públicas emitidas en diciembre de 1999 en Santo Domingo, por la Academia de Ciencias de la República Dominicana, a nombre propio y de las Academias presentes en ocasión del 25 aniversario de dicha institución, reunidos en la Habana, en ocasión de la Conferencia Científica “La Ciencia en el Caribe en el Siglo XXI: uniendo esfuerzos y recursos para un mayor impacto en la sociedad”, para promover la acción unida de las Academias de Ciencias e instituciones de propósitos similares del Gran Caribe a fin de mejor servir a los intereses de los países de la Región en aras de la integración y de sus propósitos perseguidos; reunidos en Cartagena de Indias, el 24 de noviembre del año 2000, decidimos constituir la Comunidad Científica del Caribe.

“Los científicos de la región del Gran Caribe conforman una comunidad que comparte tanto una historia común, como circunstancias e intereses de desarrollo económico, social y cultural similares. A la vez, los países del área, en su inmensa mayoría, por sus dimensiones y en términos de escala, no cuentan con las posibilidades de acceder por sí solos a capacidades independientes en ciencia y tecnología. Se impone por ello trabajar en la integración de esfuerzos y la acción conjunta en aras de alcanzar fórmulas que permitan compartir entre todos las capacidades ya existentes a fin de hacer uso de las oportunidades de desarrollo que se les ofrezcan en pro de necesidades y objetivos comunes que comparten.

“A tales propósitos tomamos en consideración que resulta indispensable promover el intercambio de información y de recursos con el objeto de incrementar el conocimiento científico colectivo a través de acciones de cooperación. Esta iniciativa se promueve en el ánimo de contribuir a armonizar las complejas relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, tomando en cuenta las especificidades de cada país y mediante un nuevo contrato social entre el mundo científico y los demás sectores de la sociedad. Es necesario construir una capacidad científica endógena que posibilite la creación del conocimiento necesario para abordar la solución de los problemas locales y comunes.

“La sociedad del conocimiento implica potenciar la capacidad tecnológica, combinando formas tradicionales y modernas del conocimiento que estimulen la creación científica y que en el espíritu de un nuevo compromiso o contrato social de la ciencia, en los países del Caribe, debería orientarse a la erradicación de la pobreza y a la elevación de la calidad de vida de nuestros pueblos en armonía con la naturaleza y en aras del desarrollo sostenible”.

Los más altos expositores de las ciencias

Aparte de la República Dominicana, la reunión de la Comunidad Científica  del Caribe (CCC) ha convocado representantes de Trinidad & Tobago, Venezuela, Panamá, Barbados, Costa Rica, Colombia, Guyana, Jamaica, Nicaragua, Guatemala y Cuba, quienes tratarán los siguientes temas, según informa el doctor Nelson Moreno Ceballos, presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana:

1. Ciencia y Sociedad. El papel de las Academias de Ciencias en su entorno nacional.

2. La Ciencia y su papel en el desarrollo sostenible: Estrategias y planes de participación de las Academias caribeñas como contribución a los procesos de integración y al desarrollo en la región.

3. Reunión de orden de la Comunidad Científica del Caribe.

“La apertura a nuevos miembros que se propone integrar en su estructura la CCC, es otro de los motivos especiales que tiene esta convocatoria –argumenta el doctor Moreno Ceballos- y está destinada también a promover la creación de nuevas Academias de Ciencias en aquellos países que aún no han logrado estructurarlas en el Continente, y además, hacer extensivas las actividades de la CCC a Centroamérica.

A juicio del presidente de la Academia de Ciencias de nuestro país, “la idea de integrar las comunidades científicas de Centroamérica junto con el Caribe es una iniciativa que busca servir de estímulo, apoyo y soporte al desarrollo de la ciencia y de la tecnología en esos países”.

Y termina diciendo: “Esperamos que la comunidad internacional, y sobre todo, las Academias de América Latina y en especial del Caribe y Centroamérica, nos acompañen en este evento, donde les aseguramos que además van a disfrutar las atenciones y la calidez que los dominicanos estamos acostumbrados a ofrecer en este tipo de evento, así como también sería una buena oportunidad para conocer la diversidad cultural y la belleza natural de nuestra Isla, en especial nuestras playas”.

El doctor Nelson Moreno Ceballos es también Tesorero de la Comunidad Científica del Caribe (CCC).

Cambios de paradigma

Los científicos llaman “cambios de paradigma” a ciertos acontecimientos de la historia, raros pero significativos. Son modificaciones importantes en la forma en la que el hombre ve el mundo, así como su lugar y su función en él. También pueden ser llamados cambios mayores en la visión del mundo. Suelen estar rodeados de polémicas y conflictos cuando aparecen por primera vez, pero anuncian una nueva era en el progreso de los conocimientos y la comprensión. Un ejemplo ilustrará el concepto.

Antes de la época de Nicolás Copérnico (1473-1543), casi todos creían que el centro del universo era la Tierra, alrededor de la cual giraban el sol, la luna, los planetas y las estrellas. En 1512, Copérnico presentó su teoría de que el sol era el centro del sistema y que la Tierra y los planetas se desplazaban en torno de él. Impregnados de la vieja imagen del mundo, sus contemporáneos no sólo no hicieron caso a su teoría, sino que cualquiera que insinuara que esa idea tenía méritos era atacado por las estructuras de poder, dominadas por la Iglesia, que debía mantener las creencias antiguas.

Unos cien años después, Galileo enfrentó a la Inquisición, y se le prohibió continuar sus investigaciones científicas por atreverse a presentar pruebas concretas a favor de la teoría copernicana. Con todo, otros científicos ampliaron las observaciones de Galileo y abrieron una nueva era de avance en la comprensión del universo, una era que, desde luego, continúa.*

Más que una conciencia académica

¿Estamos en medio de otro cambio de paradigma en lo que atañe a la vieja visión del mundo y la del ambientalismo? Aquella visión, que data de los primeros tiempos judeocristianos –al menos en la cultura occidental–, postula que plantas, animales, minerales y todo lo demás del mundo existen con el solo propósito de beneficiar al hombre. Así, tratarlos como meros recursos que hay que explotar no sólo es aceptable, sino que es el proceder correcto y adecuado. Como colofón, implica y asume que “el don” que espera ser explotado es infinito y, por ende, la conservación u la preservación son innecesarias. Dada esta imagen, se puede entender que toda la economía y el estilo de vida de la civilización occidental haya llegado a ser lo que es.

La visión del mundo que presentan y promueven los ambientalistas es la antítesis de la antigua en casi todos los aspectos. De acuerdo con los ambientalistas, el mundo no es infinito; la explotación continua no es sostenible; el bienestar constante de los seres humanos dependerá de la conservación de animales y plantas silvestres u de la protección del aire y el agua. En suma, la nueva imagen equivale a un cambio de paradigma, de ver a la humanidad como el centro de las cosas, libre de dominar la naturaleza de todas las formas posibles, a ver la naturaleza y al hombre ligados inseparablemente en los procesos de la vida y los sistemas globales. Quizá el desgano de muchos para hacer este cambio y la consecuente violencia que expresan hacia los ambientalistas tiene semejanza con lo que Copérnico y Galileo enfrentaron.

El ambientalismo dice que el futuro inmediato de la humanidad está en peligro; más aún, exige más que nunca una conciencia académica. Para que tenga algún sentido, debe llegar hasta nuestra vida cotidiana, nuestro estilo de vida y la forma que tenemos cada uno de influir en el entorno. Así, más que una creencia académica, el ambientalismo requerirá un compromiso ético y moral con la administración del planeta que dé lugar a acciones concretas.*

*Ciencias Ambientales. Ecología y desarrollo sostenible. (Nebel & Wright, 1999)

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