La ADP en la picota

La ADP en la picota

Claudio Acosta

Hubiera sido el colmo, aunque de todas maneras tranquiliza saber que la ADP, que no pasa por un buen momento de cara a la opinión pública, no se atrevió a tratar de defender lo indefendible, como es el caso de los dos maestros acusados de violar a una menor de 14 años en una escuela del municipio Quisqueya, en San Pedro de Macoris, con el agravante de que la directora, la orientadora, el coordinador administrativo y el representante del gremio magisterial habrían intentado ocultar el hecho en lugar de informarlo a las autoridades del Ministerio de Educación, razón por la cual fueron suspendidos hasta nuevo aviso.

Puede leer: Manos a la obra

Ese intento de encubrir lo sucedido ha indignado tanto o mas que el abuso contra la menor, y fue también el motivo de que padres y comunitarios realizaran una protesta en las calles, encendido de neumáticos incluido, en la que se intentó agredir a los maestros, lo que permitió que se conociera públicamente lo que estaba ocurriendo en la escuela, que a raíz de lo sucedido fue cerrada por las autoridades educativas. “La ADP nunca apoyará ni aceptará, bajo ningún concepto, cualquier acto que afecte la integridad física y mental de los niños y niñas de las escuelas públicas dominicanas”. Que así sea, profesor.

El presidente del gremio explicó que los maestros implicados en el caso fueron suspendidos de manera automática como afiliados del gremio, hasta tanto la justicia concluya su trabajo y les garantice el debido proceso. Hidalgo anunció asimismo la creación de una mesa de trabajo multidisciplinaria para abordar, desde una perspectiva integral, la problemática social de la violencia, el acoso sexual y el bullying, con el objetivo de revisar las protocolos de acción para estos casos. Que de ninguna manera pueden ser, como se trató de hacer en la escuela del municipio Quisqueya según el informe del director regional de educación, tratar de encubrir el hecho para proteger con el silencio a los docentes involucrados, bajo el infame argumento de no dañar sus carreras.

Más leídas