La alegría

La alegría

Julio Ravelo Astacio

“Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día, ven canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos…”

Son estos, querido lector, algunos versos del himno de la alegría con el cual se conoce el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Ludwig Van Beethoven. La compuso inspirado en un poema del alemán Friedrich Von Schiller. Su objetivo era transmitir un mensaje universal de esperanza y unidad a toda la humanidad. El estreno de esta sinfonía ocurrió el 7 de mayo 1824, en el teatro de la Corte Imperial de Viena.

Sólo un genio de las dimensiones de Beethoven sería capaz de plantar los versos de Schiller en esa, su última sinfonía. Esa siembra parió diversas, hermosas y coloridas flores, estimulantes acordes, jugosos frutos que la humanidad por años continuará disfrutando.

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Las voces de su parte coral allí incluidas nos entusiasman, llenándonos de regocijo y optimismo, transmitiéndonos un mensaje de esperanza, alegría y unidad a toda la humanidad. Su objeto fue logrado con creces. Por ello estamos en eterna deuda con la genialidad de Beethoven. En 1970 el destacado cantante español Miguel Ríos presentó una versión pop en su disco “Despierta” que pronto se extendió por todos los países de habla hispana.

La alegría es una emoción subjetiva que depende de cómo es la vida de cada uno, pero se refiere a una reacción de complacencia, que puede ser constante al tener conciencia de logros que nos dan sensación de plenitud y bienestar, además de mantener la actitud positiva en nuestras vidas.

Es una sensación agradable, contagiosa y grata que nos impulsa positivamente a la acción. Se acompaña de manifestaciones exteriores: risas, palabras, gestos ¡Que agradable sensación se vive cuando Ud. está alegre! Todo parece más fácil, las tareas y obligaciones pueden llevarse a cabo sin sentirse aburrido o hastiado.

Cuando se viven momentos de alegría la persona se siente gozosa, el cerebro libera endorfinas hormonas que incrementan la fortaleza del organismo, minimizan los dolores, acelera procesos de curación, atenúa las heridas causadas por el sufrimiento, mejora las relaciones interpersonales.

Fortalece el sistema inmunológico, mejora la calidad del sueño, nos permite ver el lado bueno que tienen las cosas. Disuelve rencores y resentimientos, permite olvidar las penas.

De seguro, querido lector que, luego de leer todos esos aspectos positivos que la alegría pone a nuestra disposición, podremos dejar atrás la cara fea y dura que presentamos cuando estamos malhumorados.

Sonría, por favor. Haga más dulce, saludable y provechosa su existencia.

Ya se ha dicho: “Todo en exceso hace daño”, la alegría no es la excepción. ¿Cuándo la alegría se vuelve patológica? Aquí debemos detenernos, son los llamados Trastornos Bipolares. ¿Por qué bipolares? Porque pueden alternar episodios en que los estados anímicos oscilan entre alegría y tristeza.

Sería bipolar I cuando las manifestaciones clínicas se expresan con: aumento de la autoestima, sentimiento de grandeza, euforia, tendencia a hablar mucho más de lo acostumbrado y hacerlo rápido y en alta voz (logorrea). Distraerse con facilidad por lo que se torna poco productivo, ya que inicia las actividades, pero no las concluye. Fuga de ideas, dada la velocidad con que le llegan los pensamientos.

Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, laboral, académico o sexual): hacer compras, juegos, indiscreciones sexuales, inversiones de dinero imprudentes y hasta peligrosas. Siendo estos los trastornos más relevantes en un episodio maníaco.

El trastorno bipolar II y los relacionados los abordaremos en otra ocasión.

Ideas y sugerencias:

  • Como hemos podido apreciar, el exceso de alegría es patológico.
  • Manténgase alegre, se asombrará de los múltiples beneficios que ello conlleva: mejora su salud cardiovascular, disminuye la presión arterial, promueve el descenso de lípidos en sangre.
  • Nos volvemos más creativos, más propensos a la interacción con los demás.
  • Aumenta nuestras defensas.
  • Tenga cuidado con pasarse de contento, ya que, se pueden producir escapes de orina, y ya
    Usted se imagina: risas y comentarios.
  • Estar alegres nos permite contagiar a los demás con nuestro ánimo.
  • La vida es para prepararse, trabajar y luchar, hágalo con entusiasmo.
  • La alegría nos ayuda a todos y en todo.

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