“La inflamación es la raíz común en muchas enfermedades de hoy en día. Se trata de una inflamación crónica, de bajo grado, sigilosa, hasta que por acumulación y sobrecarga comienza a hacerse notar”, señala la nutricionista y chef Elka Mocker, especializada en nutrición integrativa, educación de la salud con alimentos vivos y alimentación vegetal (elkamocker.com) .
Los síntomas inflamatorios pueden estar relacionados con problemas digestivos (gases, distensión abdominal…), alergias, problemas de piel (dermatitis, eccemas, psoriasis, rosácea…), sinusitis, artritis, migrañas, cansancio crónico o malestar general y otros problemas que, si no atendemos, pueden convertirse en la puerta de entrada a otras enfermedades más graves, advierte.
Según Mocker “causan inflamación la sobrealimentación, el consumo de productos ultraprocesados, el sedentarismo, el estrés, el exceso de alcohol, el tabaco, la falta de naturaleza, hacer demasiada vida dentro de edificios, delante de pantallas y rodeados de ondas electromagnéticas, así como la exposición a químicos y tóxicos presentes en diversos productos y utensilios”.
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Soluciones de inspiración natural
La aproximación de Mocker a la alimentación está inspirada en la naturaleza y en su convencimiento de que “nuestra medicina está en el alimento natural, así como en el respeto de los procesos biológicos y digestivos de nuestro cuerpo”.
Señala que nuestras bacterias intestinales y nuestras células corporales “entienden el idioma de lo natural”, por lo que nuestro principal alimento debería ser natural, dejando “un porcentaje pequeño” para otros tipo de comidas.
Desde esa óptica, para reducir y eliminar la inflamación crónica, esta experta recomienda moderar el consumo de carbohidratos, azúcar, harinas y lácteos, y comer sobre todo hortalizas, frutas, cereales, frutos secos, semillas, huevos, carne, pescado, legumbres y grasas de calidad, como aceitunas, semillas, coco o aguacate, con lo cual “nuestra salud brillará”.
Mocker describe en su libro ‘Nutrición natural’ una serie de prácticas desinflamatorias, como la dieta depurativa, el descanso digestivo, la alimentación estacional y el ayuno terapéutico.
Ayunar desde las 20:00 hasta las 8:00
Señala que una de las medidas nutricionales más sencillas para comenzar a desinflamarnos es el ayuno nocturno natural.
“Solo tenemos que dejar de comer unas 3 horas antes de acostarnos, para asegurarnos de que la digestión se haya completado al meternos en la cama, y no comer nada hasta que pasen por lo menos 12 horas desde el último bocado”, explica.
Según Mocker “es algo sencillo de aplicar, dado que gran parte de ese tiempo lo pasamos durmiendo”.
Así, “mientras dormimos y nuestro cuerpo reposa, y su energía se emplea en los procesos de limpieza, restauración y depuración de células dañadas, envejecidas, tumorales o cargadas de toxinas y bacterias”, señala.
Un ejemplo de este tipo de ayuno consiste en “cenar a las 20:00 horas y desayunar a las 8:00 horas de la mañana siguiente, aunque “alargarlo a entre catorce y dieciséis horas de duración resulta muy beneficioso”, concluye Mocker.
Me siento inflamado ¿Qué hago?.
“Tengo inflamación crónica. ¿Qué puedo hacer para revertirla?” es la pregunta que más escucha la doctora Gabriela Pocoví en su consulta médica y en las redes sociales, donde divulga sus conocimientos y consejos sobre el cuerpo y la mente humana.
“El 85 por ciento de la población está inflamada, y este porcentaje puede ser aún mayor en países industrializados con un estilo de vida ‘moderno’” según esta especialista.
Explica que los problemas de salud más comunes relacionados con la inflamación son: dolor de cabeza, cuerpo, de músculos o de tipo menstrual, cansancio, fatiga, astenia o tendencia depresiva, alergias, digestivos, entre otros.