Por Luis Felipe Rosa

El primero (01) de octubre del año dos mil once (2011) fue proclamada la fundación de la Casa de China, siendo elegido como primer presidente el Dr. José Rafael Abinader W., permaneciendo como tal hasta el momento de su fallecimiento.

Junto al doctor Abinader formamos su primera Junta Directiva, el Lic. Félix Aracena Vargas, Rafael Domingo Sang Rivas, el Dr. Luis Felipe Rosa Hernández, el Lic. Eduardo Álvarez, el Dr. José Ramón Holguín Brito (ph), el Lic. Rafael E. Santos Badía, la Dra. Clara Siullin Joa, el Ing. Guillermo Antonio Turrull Duluc (fallecido) y el Lic. Carlos Alfredo George Encarnación.

La Casa de China estableció en el artículo segundo de sus Estatutos lo siguiente: «Tiene como propósitos fundamentales, promover los lazos de amistad entre el pueblo dominicano y el pueblo chino, auspiciando el desarrollo de los intercambios culturales, tecnológicos, sociales, deportivos y comerciales entre los dos pueblos y naciones, mediante el establecimiento y fortalecimiento de los más diversos y variados medios, en particular, mediante las relaciones diplomáticas oficiales y comerciales entre los dos Estados».

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Siete años después de su nacimiento mediante una valiente y responsable decisión del entonces presidente Danilo Medina Sánchez, se establecieron las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y la República Popular China, constituyó un hito la apertura de la embajada dominicana en Pekín, la capital de China y de la embajada de la República Popular China en la ciudad de Santo Domingo.

La Casa de China al regocijarse con el provechoso desarrollo de las relaciones entre maestros de pueblos y países, en ocasión de nuestro once (11) aniversario y la celebración de los 73 años de la proclamación de la República Popular China, no de deja reconocer que aún nos falta un gran tramo por recorrer, en los empeños por fortalecer y consolidar a la Casa de China y las relaciones diplomáticas, comerciales y en todos los ámbitos entre los dos países.

En este mes nos proponemos celebrar la Asamblea General y elegir una nueva Junta Directiva, superar algún déficit en nuestra vida institucional, así como trabajar arduamente para que Casa China adquiera un domicilio propio, digno de la misma y de la comunidad china en el país.

La conformación de los capítulos sectoriales y territoriales permitirá a Casa de China elevar sus potencialidades y cumplir con mayor eficacia el rol que sea ha propuesto.

Firmemente creo que Casa de China tiene futuro al igual que las relaciones entre nuestro país y la nación china, y a eso apuesto.