En el último mes, hemos visto como distintas reformas han salido a la luz y se han depositado dentro del Congreso Nacional, primero la reforma constitucional que dentro del partido de gobierno la han llamado como “blindaje a la democracia”. Luego, se deposita a principios del mes de octubre un proyecto de reforma fiscal con el eufemismo de “modernización fiscal” y días después de la presentación de la reforma fiscal, aparece una iniciativa de una reforma laboral.
Para empezar, se tiene que tomar en cuenta que cada reforma tiene su peculiaridad, pero también cabe destacar que son medios para un propósito, no son un fin. Es algo parecido a una rutina de ejercicios donde el entrenador pregunta cuál es el objetivo que quieres lograr, si es adelgazar o el aumento de masa muscular, debido a lo que decidas, eso cambiará la rutina de ejercicios que vayas a tener para cumplir tu objetivo, pero sobretodo, esa rutina no se puede hacer de manera rápida, se toma un tiempo para llegar a obtener los resultados deseados.
Hay muchos casos de reformas que establecen un norte y tomarse el momento adecuado para iniciarla sin que choque con otras propuestas de reformas. Por ejemplo, se pueden citar el caso español con Felipe González durante sus años de gobierno entre 1982 y 1996, estableció distintas reformas como la reconversión industrial en 1983, la de seguridad social en los 90s y otras que se trabajaron en su debido momento sin dilatar ni acelerar el proceso de esas reformas que permitieron a España tener un modelo más acorde a las democracias liberales que se habían construido dentro de los países miembros de la Unión Europea.
Al final, la celeridad para agilizar un medio como alguna reforma, trae resultados contraproducentes como puede sucederle a la persona que entrena para ganar masa muscular, que por ignorar a su entrenador hace un ejercicio con la postura inadecuada y con un peso superior al que puede levantar, lleva el riesgo de lastimarse, provocándose una lesión por querer hacerlo “fácil y rápido” para lograr su objetivo. Igual que en los ejercicios, a la hora de trabajar reformas como “caña pa´l ingenio”, es algo muy peligroso debido a que la prioridad de que muchas de esas reformas se aprueben con celeridad, sin tener en cuenta la importancia del consenso, nos puede traer a unas reformas que podrían transformarse en contrarreforma por sus resultados.