Nueva York vibra como siempre en estos días y en Manhattan las aceras resisten el peso de un hervidero humano de una diversidad étnica que no tiene comparación.
Pero, todos saben que al doblar de algunas semanas, las temperaturas comenzarán a descender bajo la influencia de vientos árticos. Por eso las vitrinas comienzan a ser otras: exhiben crecientemente las modas otoño-invierno. Las bufandas y overcoats, los abrigos de lana y las chaquetas y botas de pieles. Trajes y vestidos de tejidos más protectores comienzan a darles un rostro diferente a los escaparates y a la ciudad misma.
Pero eso sí: el trepidar de los viajes por trenes y aviones no cesará. Nueva York no duerme y el frío no lo detiene. Muchos viajeros seguirán llegando de todas partes del mundo y muchos otros, como los dominicanos, estarán de romería hacia Santo Domingo, Puerto Plata, y Santiago. Bastará que diciembre asome sus colores y tonadillas.
El muy activo aeropuerto Kennedy, de una clara principalía en el mundo, se prepara, permanentemente, para el indetenible crecimiento de sus operaciones.
Recientemente, American Airlines inauguró una nueva terminal, la número nueve, con notables innovaciones para agilizar los procesos de entrada y salida de pasajeros. Ya de hecho las medidas de seguridad y los trámites de inmigración fluyen con menos demoras, mientras muchos hombres y mujeres de negocios del club Admiral para clientes VIP que dispone la aerolínea disfrutan de áreas de estar del máximo confort, mientras esperan vuelos.
El Nueva York que comienza a ponerse tímido con la partida del verano (y que acaba de ser sede del mundialmente esperado Abierto de Tenis de Estados Unidos 2007) es el de los recorridos en lanchas por el río Hudson, el de los picnic y disfrute de la naturaleza a cielo abierto del Central Park. Los autobuses de dos pisos, descapotados, que en incesante paso recorren el llamado New York New York se convertirían en un desafío glacial para quienes apreciarían tales paseos como una aventura para probar su resistencia al frío y al viento.
Quien pasee en estos días por la urbe neoyorquina podría encontrarse con un romántico cambio. Los cafés y restaurantes de Brooklyn y otras zonas citadinas de tradición que acogen a clientes en sus aceras y entornos al aire libre, sufrirán una transformación estacional. Los encuentros crepusculares y nocturnos de amigos y enamorados tendrán que arrinconar sus idilios y tertulias en los cálidos interiores de los resguardados establecimientos; y los aromas de la gastronomía enfrentarán dificultades para esparcirse hasta los transeúntes.
Hordas de turistas se mueven por las calles hacia los altos miradores del Rockefeller Center y el Empire State, dos de los clásicos rascacielos de la refulgente isla de Manhattan.
Se trata de un tipo de atracción que perderá valor en los muchos días en que la bruma blanca de los meses fríos empañará los paisajes.
Pero no puede dudarse que el downtown de Nueva York está preparado para la inclemencia y que para muchos comensales seguirá siendo posible una buena cena con vista al río, en acogedores ambientes protegidos por cristales. Además de que el Nueva York Cultural, el de los museos de historia, ciencias y arte, es un motivo poderoso para quedarse en la ciudad en cualquier época del año. Dedicarle más atención en otoño y sobre todo en invierno, a las galerías y a los valores históricos, es algo que viene muy al caso.
Pocos lugares en el mundo resultan por demás, tan sensacionales como la Ciudad de los Rascacielos como asiento de diversos géneros del teatro. Broadway es el espacio mayor del arte escénico; dramas, comedias y musicales únicos con presentaciones que duran la mayor parte del año.
La fuerza vital que mueve Nueva York no se extingue
En materia deportiva, la partida del verano convierte a las prácticas bajo techo en la opción obligada; el patinaje sobre hielo, incluyendo ballets en que actúan grandes estrellas, el jockey sobre hielo y otras atracciones en las que el músculo y la agilidad juegan su rol convierten a Nueva York en un punto geográfico de primera magnitud para un público numeroso.
En cambio, no bien comienza el otoño se apagarán las luces que dan visibilidad nocturna a una de las pasiones de los neoyorquinos, de los norteamericanos, y de los dominicanos en particular, que acuden directamente a los estadios o dan seguimiento vía satélite desde su propio país.
Beisbol en receso
Con la serie mundial del beisbol entrará en receso, este octubre, el deporte del bate y la pelota del más alto nivel.
Este año, en particular, se anuncia que las bombillas del legendario Yankee Stadium, el de Baby Ruth, Jaquie Robinson, Yogi Berra, Mickey Mantle, Alex Rodríguez, y muchas otras estrellas e inmortales del deporte, esta vez se apagarán por penúltima vez.
La maravillosa arquitectura de un nuevo estadio, sede de los Mulos del Bronx, estará lista para el campeonato beisbolero de Grandes Ligas en el 2009. Pero como todo aquí suele estar fuera de serie, el viejo Yankee Stadium se convertirá en la cantera de demolición que más beneficio dará a sus dueños, pues cada trozo a desmontar está ya en subasta, y alcanzando los precios que la nostalgia de los aficionados está dispuesta a pagar para convertirse en dueños de las viejas butacas y otras partes, metálicas o no, que pronto dejarán de estar en armónica disposición para dejar de formar lo que ha sido, virtualmente, un templo beisbolero.
No es un solo estadio nuevo lo que viene para esta ciudad, centro importante de las finanzas, el comercio, los deportes y el poder.
Los Metz, el otro equipo de la gran urbe, también estará de estreno.
Su Shea stadium, va a quedar atrás, como el calor, para dar paso o a otro modernísimo coliseo beisbolero.
El mundo, gira, el verano desaparecerá. A Nueva York no le han faltado nunca situaciones en que ha perdido aspectos de su grandeza, como aquel fatídico 11 de septiembre del 2001. Pero la fuerza vital que mueve la ciudad no se extingue, y una impresionante edificación comienza a levantarse para llenar al vacío de la Zona Cero donde antes se encontraban las Torres Gemelas.
Un renacer de acero y concreto que brillará en el futuro inmediato de la urbe.
¿Qué museos visitar?
American Craft Museum
40 West de la calle 53. New York City, NY 10019
Teléfono: (212) 956-3535 | Página web: www.americancraftmuseum.org
American Folk Art Museum
45 West de la calle 53. New York NY 10019
Teléfono: (212) 977-7298 | Página web: www.folkartmuseum.org
American Museum of Natural History
45 Central Park West, en la calle 79. New York, NY 10024
Teléfono: (212) 769-5100 | Página web: www.amnh.org
American Museum of the Moving Image
35 Avenue con la calle 36 Street. Astoria, NY 11106
Teléfono: (718) 784-4520 | Página web: www.ammi.org
American Numismatic Society
Broadway con la calle 155. New York, NY 10032
Teléfono: (212) 234-3130 | Página web: www.amnumsoc.org
Americas Society
680 de Park Avenue con la calle 68. New York, NY 10021
Teléfono: (212) 249-8950 | Página web: www.americas-society.org
Artists Space
38 de la calle Greene, tercer piso. New York, NY 10013
Teléfono: (212) 226-3970 | Página web: www.artistsspace.org
Asia Society and Museum
725 de Park Avenue con la calle 70. New York City, NY 10021
Teléfono: (212) 288-6400 | Página web: www.asiasociety.org
Bronx Museum of the Arts
1040 de Grand Concourse con la calle 165. Bronx, NY 10456
Teléfono: (718) 681-6000 | Página web: www.bronxmuseum.org
The Brooklyn Botanic Gardens
1000 de Washington Ave. Brooklyn, NY 11225
Teléfono: (718) 623-7200 | Página web: www.bbg.org
The Brooklyn Children’s Museum
145 de Brooklyn Avenue. Brooklyn, NY 11213
Teléfono: (718) 735-4400 | Página web: www.bchildmus.org
The Brooklyn Museum of Art
200 de Eastern Pkwy. Brooklyn, NY 11238
Teléfono: (718) 638-5000 | Página web: www.brooklynart.org
Carnegie Hall/Rose Museum
154 West de la calle 57. New York, NY 10019
Teléfono: (212) 903-9629 | Página web: www.carnegiehall.org
548 y 545 West de la calle 22. New York City, NY 10010
Teléfono: (212) 989-5566 | Página web: www.diacenter.org
The Drawing Center
35 de la calle Wooster. New York, NY 10013
Teléfono: (212) 219-2166 | Página web: www.drawingcenter.org
Ellis Island Museum
Ellis Island. New York, NY 10004
Teléfono: (212) 363-6307 | Página web: www.ellisisland.org