Causa eficiente del deterioro indetenible del servicio eléctrico en el municipio Santo Domingo Este, a cargo de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este, ha sido el silencio cómplice que guardan las autoridades congresuales y municipales frente a las interrupciones diarias del suministro energético, junto a averías frecuentes, prolongadas e inexplicadas, un proceso abusivo que mantiene en vilo a miles de familias, hospitales y clínicas, escuelas y colegios, negocios e instituciones sociales de la región Oriental.
Es inconcebible, por ejemplo, que la respetada Senadora Cristina Lizardo Mezquita, PLD-Provincia Santo Domingo, no ha hecho valer su influencia para que, por lo menos, Edeeste explique a los munícipes que la han elegido consecutivamente desde el 2006 a una curul en el Congreso, las razones de tal descalabro energético.
Tampoco los diputados representantes del municipio Santo Domingo Este, 9 del PLD y 2 del PRM, abren la boca para referirse a esta problemática que cada día incita el rechazo de la población adulta preparada para votar en los comicios del 2020. “Diputado es el hombre (o la mujer) encargado por el pueblo para que estudie su situación, para que examine sus males, para que los remedie en cuanto pueda, para que esté siempre imaginando la manera de remediarlos”. (José Martí, libertador de Cuba).
Ni el Alcalde de Santo Domingo Este, Alfredo Martínez, nada dice respecto del peor servicio público existente en su demarcación; Edeeste, contraria a la eficiencia mínima esperada, provee dos y tres apagones diariamente, cobra abultadas facturas, corta la energía con pasmosa puntualidad y presiona compulsivamente a desvalidos usuarios.
Quizá la clase política oriental disfruta privilegios de conexión o facturación, o Edeeste suele emplear a los recomendados por los partidos, pero su protección política es innegable. Faltan dos años para las elecciones.