La comunicación es el proceso central de la construcción del poder y el contra poder, por eso todos los poderes en la historia se han basado y se siguen basando en el control o intento de control de la comunicación y la información. Por lo que, mantener el poder solo es posible a través de la comunicación.
Así lo hicieron los romanos tratando de silenciar el mensaje revolucionario de Jesús eliminando al mensajero. O el rol de la propaganda en la Segunda Guerra Mundial; también podemos citar la intervención de Estados Unidos en Irak en busca de “armas de destrucción masiva”. El control de todos los mensajes que ejerce el gobierno chino sobre su población y todas las historias de poder siempre han fluctuado entorno al control, manejo y utilización de la comunicación.
Con el surgimiento de la internet como realidad alternativa junto a la necesidad imperante del ser humano de agruparse, han germinado en las sociedades nuevas formas de organización social, donde si bien, en algunos países los ciudadanos han incursionado primero al organizarse y exigir a los gobiernos transformaciones sociales, los partidos políticos también han llegado la necesidad de llevar sus estrategias también a la sociedad red.
Con relación a la política mediática dominicana en el caso del Partido de la Liberación Dominicana, supo controlar, mejorar y mantener por más de una década el control “casi total” de los mensajes a través de la implementación de un sistema de bocinas, que describían una realidad social alternativa, que poco a poco se fue desmontando con el empoderamiento de la población a través de las redes y el surgimiento de estos nuevos movimientos sociales.
Junto al bocinaje, el PLD trató de silenciar a los periodistas disidentes que retrataran una realidad distinta a la que disponía en DICOM en la reunión de los lunes. Ahora como oposición, los peledeístas duchos en la materia, saben que la onda es: destrucción de confianza, posverdad y repetir esta fórmula hasta lograr la infiltración semántica de frases como #NoSabenGobernar y #EstánImprovisando (también en los lunes) en el imaginario colectivo, que si bien, ahora mismo la gente ve como un ataque entre partidos, pero a la larga sembrará dudas sobre la administración del gobierno actual.
Junto al posicionamiento de esos hashtags en redes sociales al menos una vez por semana, los morados también están usando el fast-check de tuits antiguos de funcionarios actuales y comparándolos con su inamovilidad para temas similares en la actualidad; la utilización de la hipérbole como figura literaria para narrar de manera exagerada los hechos que perjudican al PRM como partido, al gobierno que encabeza Luís Abinader y a los aliados de éstos como los líderes del sector social.
Que ellos (los opositores) acudan a estas técnicas, de descrédito puede ser un problema superior, a medida que repetir esas mentiras empiecen a lucir como verdades en el imaginario colectivo. Lo correcto sería no abandonar la batalla discursiva política en esas plataformas desmontando al instante los argumentos de la oposición.
La utilización del fast-check es válida, sobre todo en tiempos donde se necesita coherencia de los políticos y las cosas que prometen quedan inmortalizados y a solo un click de verificación.
En tiempos donde la política mediática domina en el proceso político en el escenario global, el PRM, que hoy es gobierno ha decidido dejar la narrativa de la política a merced de la oposición. Quedando desamparados, al momento incluso de defender informaciones falsas o realidades tergiversadas. Dejándole el espacio a la posverdad como primerísima actriz en las redes sociales. Una inamovilidad que, a la larga, podría costarle al gobierno incluso su estadía en el poder.
Es a través de los medios de comunicación y las redes sociales donde se construyen las opiniones y los comportamientos políticos, ahí es donde funciona la representación política, lo que no existe en los medios, no existe en política.
La comunicación siempre ha sido un hándicap para el PRM incluso desde antes de concluir su proceso de mitosis del mortecino PRD. De hecho, lo que debió concluir como un diálogo de bípedos en el año 2013, terminó como el pasaje histórico denominado -La Batalla de las Sillas- que hoy figura en la historia política dominicana como el pesebre en el que nació el PRM. Evento que concluyó con miembros que ni siquiera pudieron comunicarse entre sí, aunque quedaran en el mismo lado.
A través de las redes sociales se condensa y simplifica el mensaje a una velocidad vertiginosa y en ellas ¡todos somos datos! En las redes se denuncian, rechazan y corrigen abusos de poder, se presentan nuevas y modernas formas de organización social, pero dada sus características de interconectividad y realidad inmediata, los datos son altamente manipulables. Una característica que saben utilizar bien los hoy opositores para destruir la credibilidad de la gestión actual y colocarlos a su nivel para poder competir, todo esto, sin que los oficialistas hagan el mayor esfuerzo por defender el poder desde los espacios de discusión política actual.
@AngelyMorenoRD