Hace ya algunos años dejaron de funcionar, lamentablemente, varios de los Institutos de Formación, sobre todo en América Latina, tanto en Venezuela, Chile como aquí en República Dominicana. Por estos centros, auspiciados por la Democracia Cristiana y la Social Democracia, pasaron centenas de jóvenes que tuvieron mucho que ver con los acontecimientos vividos en varios países del continente. En ellos se realizaban, como expresé la semana pasada, eventos con participación internacional, que constituyeron una fuente inagotable de experiencias y aprendizajes.
Varios dominicanos tuvimos la oportunidad de participar en uno de esos eventos en los cuales se discutió ampliamente sobre el tema de la concertación política. Allí se expuso ampliamente el proceso político que aconteció en Venezuela con el denominado Pacto de Punto fijo, que permitió la gobernanza en ese país por espacio de 40 años de democracia alternada, como método para superar el pasado engorroso en ese país de Suramérica.
La concertación ha sido considerada con una de las mejores vías democráticas y civilizadas para superar situaciones y una buena vía para que los países puedan realizar planes a mediano y largo plazo. Todo esto, tomando en consideración las opiniones y la participación de los sectores con mayor presencia en la vida nacional como son los partidos políticos.
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En uno de esos eventos realizados aquí, como ya expresé, con la presencia de varias destacadas figuras políticas e intelectuales dominicanos como internacionales, se trató el tema de la concertación en países con las características nuestras. Estableciéndose que, en ocasiones, los partidos, tanto de gobierno como de oposición se han puesto anteojeras para no ver hacia los lados, sino que se han enfocado por ver solamente lo que tienen de frente.
Y que muchas veces pasan por alto, que lo que está a su alrededor tiene tanto o más valor que se ve de frente.
Se referían esas personalidades, y así está contenido en algunas de las notas que se conservan, a la conveniencia de que los partidos y los gobiernos, como base o pilares fundamentales que soportan la democracia, en muchas ocasiones tienen que deponer actitudes y concertar temas que de cualquier manera que se analice, tarde o temprano repercutirán en ellos mismos.
Existen notas sumamente interesantes sobre algunas advertencias y recomendaciones en el sentido de que muchas veces, las fuerzas políticas de los diferentes países, tanto de gobierno como de oposición, han sufrido desgastes procurando acuerdos con sectores denominados independientes o empresariales, pero fueron incapaces de lograr acuerdos entre ellos. No dándose cuenta de que todos esos sectores, a fin de cuentas, están vinculados de alguna manera a intereses particulares e incluso políticos. Que en vez de concertar entre los partidos o los políticos como la vía más corta, buscaron las más largas y complicadas, porque además, esos sectores tienen entre ellos sus propias barreras y dificultades competitivas.
No paso por alto que el mundo ha cambiado y que hoy existen otras visiones. Que en aquellos años primaban otros pensamientos y concepciones programáticas e ideológicas.
Tampoco quiero dejar entrever que estoy sugiriendo algo en particular. Solo quiero expresar lo que vivo escudriñando en los archivos y lo que me recuerdan las que denomino, mis memorias históricas vivientes.