La Copa Mundial de Fútbol Brasil-2014, constituye un formidable ejemplo para comprender la dimensión del espectáculo deportivo como consumo de masas y lucrativo negocio que procura la máxima rentabilidad comercial y publicitaria a través del marketing. La omnipresencia del deporte en los medios de comunicación y su deslumbrante imagen por encima de cualquier otra manifestación, le asignan un rango de primer orden en la sociedad contemporánea. Un producto de consumo, como es el deporte en su versión profesional y del alto rendimiento, significa además que es beneficioso económicamente y con capacidad para competir en los mercados más exigentes.
El especialista español Manuel García Ferrando sostiene que la cobertura televisiva mundial ha convertido las actividades deportivas más trascendentes en poderosos medios publicitarios donde grandes empresas y gobiernos invierten sólidos recursos financieros.
Existe una activa competencia para patrocinar equipos y productos oficiales en los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de Fútbol. Los fabricantes de ropa y utilería pujan por suministrar uniformes y kits para seleccionados nacionales.
El Mundial de Fútbol, cuya actual versión se celebra con rotundo exitoso en la gran nación Suramericana, es el acontecimiento que genera más expectación y delirante pasión. En su proceso clasificatorio participan cerca de 200 equipos nacionales y en su etapa final que se efectúa cada cuatro años, intervienen 32 conjuntos durante un periodo de alrededor de un mes.
Según datos de la revista Forbes las ganancias sin precedentes del cursante evento ascienden a US$4,500 millones de dólares por concepto de venta de derechos televisivos y de comercialización, con socios como Adidas, Sony, Visa, Hyundai y Coca Cola. Los analistas están contestes que la danza de los millones que mueve el gran negocio responde a su sistema masivo, lo que quedó demostrado con el informe de la FIFA luego del Mundial de Sudáfrica, que indicaba 990 millones de televidentes sintonizando al menos un minuto la final del 2010. La proyección actual se encamina a superar con creces la audiencia y las ganancias en un 66% más que la anterior competición.
En el gran éxito de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) hay que darle crédito a su efectiva estructura gerencial y organizativa a todos los niveles, y sobre todo, a su eficaz estrategia de marketing. Un aspecto a resaltar es que la FIFA como propietaria de los derechos de su evento más importante, es la responsable de la administración del amplio programa de mercadeo que incluye otros torneos y planes de desarrollo en todas las latitudes.
Es impresionante como millones de personas se conviden para ver el magno espectáculo del orbe a través de los más diversos medios de comunicación, incluyendo los digitales como el Internet y los celulares.
Con razón el fútbol está reconocido como el rey de los deportes por la magnitud de los eventos que realiza a nivel mundial y el manejo con multinacionales que invierten sumas exorbitantes en su patrocinio.
Si bien la República Dominicana tiene la imagen-país mejor cotizada a través de sus beisbolistas de las Grandes Ligas, y aunque el balompié no está entre los demás deportes favoritos como el voleibol, el baloncesto y atletismo, últimamente se ha visto un marcado seguimiento a las retransmisiones de los partidos del Mundial.
Como nada es perfecto, y el deporte profesional es un negocio donde convergen intereses de todo tipo, lo apropiado sería terminar con la acertada expresión del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “El fútbol es un producto comercial que debe venderse lo más sabiamente y cuidado hay que tener mucho cuidado con el envoltorio.”