La corrupción tocó fondo en pasado gobierno

La corrupción tocó fondo en pasado gobierno

Ramon Núñez Ramírez

El caso “medusa” que involucra al ex Procurador Jean Alain Rodríguez y compartes, revela la magnitud de los niveles de corrupción en el gobierno de Danilo Medina, una perfecta cleptocracia, y eso explica cómo en la Procuraduría General de la Republica se llegó a ese extremo, pero Jean Alain Rodríguez no es el único responsable, lo es su jefe y una parte de esta sociedad fue cómplice de esos hechos.

En todos los gobierno ha habido funcionarios y empresarios corruptos, muchos presidentes que fueron permisivos, pero nunca desde la dirección del Estado, salvo en la dictadura de Trujillo, se patrocinó un sistema para beneficiar a hermanos, cuñados, vinculados, funcionarios, empresarios, erosionando la institucionalidad en un vano intento de perpetuarse en el poder.

Este tipo de corrupción fue producto de un sector que se adueñó del PLD por el poder que adquirió, pero la mayoría de los peledeístas, los de la base y los que lograron posiciones medias, fueron honestos, no acumularon riquezas y han sufrido la pérdida de sus empleos y el estigma de militar en un partido desacreditado y sin visos de renovarse…

Jean Alain Rodríguez no es el único, fueron muchos los que se enriquecieron sangrando los débiles ingresos tributarios y si ese gobierno llegó a esos extremos en parte son responsables estamentos importantes de esta sociedad que callaron y se subieron al oropel de los privilegios y los contratos sin importarle las consecuencias para el país.

Una parte de la cúpula empresarial, de la sindical, profesionales destacados, a sabiendas de lo que estaba ocurriendo porque muchos eran beneficiarios de la corrupción, apoyaron sin reservas una modificación constitucional ilegitima y cuando no fue posible endosaron al candidato títere, aunque algunos, cuando advirtieron que la derrota era inevitable, apresuradamente corrieron hacer sus aportes al candidato Luis Abinador para garantizar relevancia en la siguiente administración, como de hecho algunos han logrado.

La Iglesia Católica, luego del brillante sermón de las Siete Palabras de la Semana Mayor de 2019, contundente cuestionando las cuestiones que estaban aconteciendo, fue lamentable ver el lunes siguiente importantes prelados se reunieron con el Presidente Medina y a partir de ese momento esa institución, tan influyente en el pueblo, dejo de jugar su papel de defensora de la institucionalidad democrática, no se escuchó su voz durante los aprestos reeleccionistas, salvo contadas excepciones de Sacerdotes y de Monseñor Víctor Masalles.

Lejos de alegrarnos por la situación que atraviesa el ex Procurador y futuros imputados, como sociedad debemos reflexionar como permitimos en una democracia un gobierno que corrompiera todas las instituciones, subyugara los poderes del estado, usara la Cámara de Cuentas para garantizar impunidad, y la responsabilidad de actores que debieron jugar su rol como defensores de la institucionalidad.

Obviamente este proceso, por vez primera en la historia del país, de poner fin a la impunidad se debe al empoderamiento de esta sociedad, que el Presidente Luis Abinader cumplió su promesa de campaña de promover un Ministerio Publico independiente, gracias a lo cual contamos en la cabeza de la Procuraduría General a la Dra. Mirian German Brito, a colaboradores eficientes como los Procuradores Adjuntos Yeni Berenice Reinoso y Wilson Camacho y decenas de fiscales e investigadores trabajando largas horas para preparar tantos expedientes que me temo faltará tiempo y fiscales.

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