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Los principales impactos provocados por la crisis de la cadena de suministros y de los contenedores para la República Dominicana, se encuentran en un aumento directo en los productos importados a consecuencia del aumento de los costos de los fletes, o sea, de la transportación, así como el comportamiento de la oferta y demanda a nivel mundial, la energía, etc.
El comercio internacional se caracteriza hoy por escasez de materias primas y bienes terminados a causa, principalmente, de insuficientes contenedores en puertos de despacho, es decir, no hay espacios disponibles en los barcos para transportar mercancías desde Asia hacia occidente.
En realidad no es que faltan contenedores, sino que no están disponibles en las zonas de producción o exportación, porque quedaron varados en América y Europa a causa de la pandemia, sin poder retornar a tiempo. Las economías emergentes están sufriendo el aumento más inmediato de los precios mundiales de los alimentos y la energía.
Por ser la República Dominicana un país con una economía con alto componente transaccional, con volúmenes de importaciones de bienes y materias primas mayores a su capacidad exportadora, es previsible que la crisis de los contenedores cause daños a su tejido económico, sin contar el notable aumento de la inflación para fin de año. Cabe destacar que la importante recuperación económica que ha experimentado el país, hasta septiembre de 2021, hace que el impacto sea menor que si se hubiese estado estancado.
Las autoridades dominicanas han tomado medidas importantes para contrarrestar algunos de los efectos que estaban empezando a reflejarse, como el subsidio directo a los combustibles, para no transferir el aumento en la población, subsidios directos a algunos bienes alimenticios y alternativas informativas para evitar la especulación.
Sin embargo, aún hay cosas que podrían hacerse, como la necesidad de apuntar los esfuerzos de la mano del sector privado y productivo nacional para la transformación de la matriz productiva, diversificación de los mercados y de la canasta exportadora y su sofisticación.
Con los inicios de la reconstrucción del puerto de Manzanillo, se podrá tener acceso más rápido a 700 millones de consumidores de la Costa Este de Estados Unidos, por lo que se debería fomentar la creación de zonas especiales para fomentar las exportaciones y aumentar la competitividad, aprovechando la proximidad geográfica y económica de nuestro país.
La gran pregunta que debemos hacer es la siguiente: ¿cuánto durará la escasez? Y las respuestas divergen: la compañía estadounidense Intel está entre las más pesimistas, y habla de que se necesitarán dos años para equilibrar oferta y demanda. Otros entendemos que a mediados del 2022 se podría ir normalizando.
No hay duda de que estamos inmersos en una crisis mundial, la cual nos toca profundamente a nosotros los dominicanos. Enfrentarla es prioridad nacional y creemos que, si todos los sectores se unifican en torno a ese propósito, saldremos airosos como ha acontecido en otros momentos difíciles de nuestra historia.
Hay contenedores, pero no están disponibles en zonas de producción
Autoridades han tomado medidas para contrarrestar algunos efectos
Una de las medidas ha sido el subsidio directo a los combustibles