Roma.– La desaparición de la niña Emanuela Orlandi en 1983 en Roma, aún por esclarecer, resonó hoy con la reaparición de los carteles con los que se la buscó, como parte de la promoción de una serie de Netflix sobre el caso, “La chica del Vaticano».
El documental de cuatro capítulos reconstruye la investigación sobre la desaparición de esta niña de 15 años que se vinculó a un supuesto caso de pederastia dentro del Vaticano o a la mafia, entre algunas de las teorías, pero de la que nunca se tuvieron respuestas.
Le podría interesar leer: Netflix muestra el tráiler oficial de la nueva temporada de The Crown
Para promocionarlo, los aledaños del Vaticano amanecieron con los carteles azules con los que se buscó hace cuarenta años a la joven, aunque en vez de sus rasgos físicos, exponían su foto y una serie de preguntas, como «¿Desapareció por conocer un secreto del Vaticano?».
Orlandi, hija de funcionarios vaticanos y, como tal, residente dentro del Estado papal, desapareció el 22 de junio de 1983 cuando salía de la escuela de música de San Apolinar, en el centro de Roma, sin que desde entonces haya habido noticias sobre su paradero.
El suceso, uno de los más mediáticos de la historia italiana, siempre estuvo envuelto por el misterio por las varias teorías al respecto, que van de la implicación de la Curia vaticana a la Banda de la Magliana, la mafia romana, o del atentado a Juan Pablo II a manos del turco Ali Agca.
En julio de 2019 la Fiscalía vaticana dispuso la apertura de dos tumbas de princesas presentes en el cementerio alemán en el interior del Estado pontificio, después de la petición de la familia de Emanuela Orlandi, aunque la búsqueda no dio sus frutos.
La exhumación de las dos tumbas, finalmente vacías, se produjo después de que la familia Orlandi recibiera una carta anónima con una foto de la sepultura con la frase “Busque donde indica el ángel».
En abril de 2020, las autoridades vaticanas archivaron el caso después de no encontrar nada en el cementerio teutónico.
Por otro lado, antes, en noviembre de 2018 se encontraron restos humanos en el suelo de un sótano de la nunciatura de la Santa Sede en Roma, pero se descartó que pertenecieran a la muchacha.