La economía global creció cerca de 3% en el 2016, un valor algo por debajo de lo esperado en los últimos años. Sin embargo, tuvo una mejoría para finales del 2016 e inicios del 2017. La OECD proyecta para el 2017 un crecimiento de 3.7% impulsado por un crecimiento de 6.2% en China y 7.3% en la India y una mejoría importante en Estados Unidos y Europa. En el presente trabajo, nos proponemos hacer un análisis más profundo de la economía global, basado en estudios de Project Syndicate, Financial Times, Forbes, The New York Times, Chicago Booth Review,FMI, Mckinsey y Wharton.
Los mercados de valores han tenido un crecimiento importante, aunque en las últimas semanas han estado más volátiles. Wharton resalta que el mercado de valores de Estados Unidos creció cerca de 24% en 2017, como consecuencia de la mejoría económica, las expectativas de exenciones impositivas y la baja en el desempleo. Específicamente, afirma que la tasa de desempleo se ha situado en 4.1%, el nivel más bajo en 17 años. La crisis del 2008 llevó el desempleo a 9.8%, sin embargo, del 2011 al 2016 la tasa bajó a 4.7%, tendencia que continuó en el siguiente año.
Europa, por su parte, también tiene expectativas optimistas. Según el Financial Times, la inversión ha generado una mayor demanda en la eurozona y viceversa. Con respecto a Latinoamérica, el Banco Mundial ha estimado un crecimiento de 2% este año, impulsado en especial por la recuperación de Brasil, no obstante, la crisis política no resuelta a la fecha. De igual manera, a nivel general se ha mantenido una inflación bastante controlada. Sin embargo, el crecimiento económico contrasta con un declive político social.
Nos encontramos a diez años de la crisis financiera de 2008. Esta crisis tuvo un mejor manejo, en comparación con la gran depresión del 1930. Se puede entender que estábamos más preparados dada la experiencia y se pudo tomar decisiones más acertadas. Entre ellas se emitieron gran cantidad de inorgánicos (especialmente en Dólares y Euros), los intereses estuvieron muy cerca del cero por ciento y así se estimuló la demanda y la inversión.
En este orden de ideas, se entiende que se cuenta con mayor experiencia y recursos para enfrentar una nueva crisis mundial, pero el escenario geopolítico ha cambiado. Todavía un número considerable de gobiernos tienen altos niveles de deuda y preocupa que los precios de los activos estén sobrevalorados. Además, han predominado bajas tasas de interés y se ha empezado a recoger el gran volumen de inorgánicos. Hay que señalar que uno de los más recientes cambios es el desvanecimiento de la importante unidad geopolítica de occidente, que llevaba setenta años, desde la post-guerra, de manera sólida, permitiendo la ejecución de políticas económicas y sociales de forma más eficaz y rápida, ante cualquier crisis de mediano y largo plazo.
Esta falta de cohesión se ha generado como resultado del encuentro de varias variables económicas, sociales y políticas, entre ellas podemos destacar el aumento extraordinario del populismo de derecha en varias naciones de Europa, sustentado, en parte, por la desigualdad y el crecimiento en divisiones culturales, las cuales han sido resultado de la campaña de desinformación de Rusia; vemos el caso de Hungría, Polonia y Checoslovaquia quienes han adoptado un populismo de Ultraderecha pro-ruso, por su lado en Austria, durante las más recientes elecciones, triunfó la derecha populista moderada.
Otro de los factores que ha contribuido a la incertidumbre global es la orientación de Estados Unidos hacia una cierta tendencia aislacionista.Cabe señalar que aún se ha mostrado una mejoría significativa en los niveles de crecimiento económico en general, dada la combinación de factores que hemos explicado nos queda la incertidumbre acerca del nivel de respuesta del nuevo orden mundial frente a un acontecimiento no deseado. En la próxima ocasión, veremos otros importantes factores que han coadyuvado en que la unión global se reduzca.