La economía sigue dejando sin discurso a los agoreros que no creían en su recuperación después de la crisis sanitaria de 2020 y brutal inflación que siguió. Los resultados altamente positivos que se obtuvieron demostraron que hacía falta buena coordinación de la política fiscal y monetaria, liderazgo y visión de futuro.
Ahora, como las condiciones fundamentales de la economía son más favorables, continúa creciendo en forma sostenida a velocidad de crucero, el Banco Central nos dio la buena noticia de que, a diferencia de otras economías mayores de la región, la nuestra no acusa el empeoramiento del contexto internacional e incertidumbre del futuro, acumulado creció una tasa interanual de 4.9% en enero-mayo 2024, y que son siete los meses consecutivos con una tasa que supera cuatro por ciento.
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¿Qué explica este comportamiento? Nos reporta la entidad Emisora, por el lado de la producción, el fuerte y acelerado crecimiento de actividades como hoteles, bares y restaurantes, servicios financieros, inmobiliaria, manufactura de zona franca y local, transporte, almacenamiento, energía y agua, construcción, salud, enseñanza, agropecuaria y comercio.
Las estadísticas no están disponibles, pero alta es la probabilidad de que el consumo de familias e inversión de empresas sean los principales motores, como después de la crisis sanitaria de 2020, por efectos de la efectiva política macroeconómica que se aplicó, el PIB real creció 6.5% como promedio anual entre 2021 y 2023, no obstante el país haber perdido cuota en el mercado mundial de bienes, al crecer las exportaciones 4.35% y 7.95% el comercio mundial entre 2020 y 2023, y 8.45% y 12.9% respectivamente exceptuando el 2020.
En los años 2021-2023 las importaciones crecieron 14,14%, más de tres veces las exportaciones (4,35%), y el sector exterior neto descontó al crecimiento de la economía. Para conocer en cuánto puntos porcentuales, la comparación debe ser en volumen restando el aumento de los precios, ejercicio que no hacemos por falta de espacio.
También alta es la probabilidad de que el crecimiento del PIB real en los primeros cinco meses de este año se obtuviera por aumentos del empleo y tasa de participación de la población en el mercado de trabajo. Sucedió entre 2021 y 2023 cuando el PIB real creció (6.5%) por encima del nivel (5.1%) prepandemia (2019). En el periodo el empleo recuperado y creado aumento a una tasa media anual de 3.6% y el desempleo cayó a 5.1% en 2023, de la cifra más baja en la historia de nuestro mercado laboral.
La tarea pendiente es aprovechar nuestro mercado más natural, el de Estados Unidos dados cercanía relativa y vínculos históricos, no lo hemos hecho, antes de la pandemia, en 2019, el intercambio comercial bilateral alcanzo US$15,359 millones, 48,8% del total (US$31,460.5 millones), vendimos US$ 5,902 millones y compramos US$ 9,457 millones.
Cuatro años después, en 2023, el comercio total sumó US$18,061 millones, 40.4% del total (US$44,714.3 millones), exportamos US$6,489 millones e importamos US$11,572 millones, es decir, lo que vendimos aumento 10% y el doble lo que compramos, 22.4%.
Debió ser lo contrario, pero faltó empuje, lo atribuyo a la carencia de fábricas y capacidad de planta instalada, dejando claro la necesidad de inversión en equipos y capital de trabajo para producir y exportar más, y que nuestros empresarios deben ponerse las pilas, para que el país ocupe el lugar que le corresponde en el comercio bilateral con Estados Unidos y mundial.