La enseñanza de una pandemia: ¿buena o mala?

La enseñanza de una pandemia: ¿buena o mala?

José Miguel Gómez

Cada quien tome papel y lápiz y escriba su lista de revisión

En lo que llega la normalidad segura, sería bueno preguntarse ¿Qué he aprendido de la pandemia? ¿Cuáles eran sus riesgos antes y después de la pandemia? Pero también, ¿con qué factores protectores se protegió de la pandemia y después de ella? O una reflexión de vida ¿Qué no volvería a repetir en la vida después de esta experiencia pandémica?

Literalmente, las crisis enseñan, crean oportunidades, nos ponen en evidencia lo vulnerable que somos, nos desnudan nuestras debilidades y carencias, o nos desenfocan y nos llevan hacia la despersonalización, la desorganización o nos hacen peores personas.

Las personas que alcanzan la madurez, reflexionan, priorizan, hacen pausa, se reinventan o se toman su tiempo con prudencia. Los sabios, apuestan a la calma, a su fuerza espiritual, a cuidar la salud física y mental, a continuar centrado en los bienestares de la vida, la paz y la felicidad, pese a la pandemia.

Las personas mediáticas, apuestan la prisa, a la imprudencia, al riesgo, al desafío irresponsable, a la insensibilidad, al “na es na” “de algo hay que morirse o exponerse”. Estos son tiempos para utilizar el juicio crítico, de auto evaluación, reflexión, de enseñanza y de aprendizaje emocional, social, financiero, psicológico, espiritual y existencial.

Cada quien tome papel y lápiz y escriba su lista de revisión en cada área donde descubrió algo de la pandemia: en la salud, pareja, familia, trabajo, ahorros, gastos, deudas, amigos, dependencia, espiritualidad, miedos, temores pánicos, depresiones, frustraciones, debilidades, fortalezas, autodeterminación, creatividad, confianza, emprendurismo etc.

La pandemia ha golpeado y ha representado fallecimiento en obesos, fumadores, riesgos cardiovasculares y pulmonar.

El descuido de la salud física y mental ha evidenciado los estilos de vida irresponsable que cientos de personas viven sin cuidarse y sin protegerse.

También encontramos que los solteros, los que viven en conflicto con parejas y familia representan mayor riesgo de enfermar o auto cuidarse del covid-19.

Las familias de mayor desapego, desvinculadas y sin sentido de pertenencia con padres, abuelos, hijos, hermanos practican menos la solidaridad o el altruismo en medio de la crisis, lo que representa más individualismo y mayor egocentrismo personal.

Pero también, aquellas parejas o personas sin capacidad de ahorros, sin prioridad del gasto y sin buena gerencia de sus ingresos, fueron las que más se han endeudado, sintiendo la presión y estrés para subsistir en la crisis; moraleja, no gaste o no se endeude mayor que su ingreso, tenga si puede dos o cuatro meses de ahorro de sus gastos fijo para las eventualidades; además, no consuma por presión del mercado, ni de publicidad, ni por competencia.

En lo individual, las personas que tienen hábitos de lectura, escritura, ejercicios, yoga, meditación, que visitan parques, naturaleza, son los que han cuidado mejor su salud mental.

La autodisciplina, el auto-merecimiento, la autoestima, deben de mantenerse y asumirse en medio de una pandemia y después de ella.

Ahora le toca la tarea al Gobierno, y al sector salud; el país necesita más neumólogos, epidemiólogos, infectólogos, intensivistas; además, más enfermeras especializadas en áreas de cuidados de intensivos, emergencias etc. Hay que modificar la Ley de salud y la inversión del PIB en salud.

El Estado debe ahorrar más para las emergencias y endeudarse menos, menos déficit presupuestario, buen manejo del gasto, priorizar e invertir en las provincias más pobres y motivar al sector privado invertir en el turismo en sectores que esperan por años su desarrollo.

Repito, que hemos aprendido de la pandemia, o que cosas no estamos dispuesta a repetir, o cual ha sido el aprendizaje para salir airoso, fortalecido y más resiliente de una pandemia que dejará sus secuelas por los próximos años.

Siempre se ha dicho que nadie aprende con cabeza ajena, o mejor prevenir que lamentar.
Los países, las familias y las personas que más fortalecidas salen de la pandemia, son los que han construido sus listas de enseñanza.

Cada experiencia es individual, pero también cada resultado de vida es personal, de pareja o familiar.

Motive su familia a vacunarse, hacer responsable con el distanciamiento, las mascarillas y proteger los más vulnerables; solo los que se comprometen aprenden y enseñan la libertad de elección, por la beneficencia y por la vida.

El descuido de la salud física y mental evidencia estilo de vida irresponsable

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