Avanzamos en aplicación y respeto de libre expresión del pensamiento

Producto de mi condición social y familiar, era un adolescente cuando tuve la oportunidad de participar en un almuerzo donde aprendí lo que significaban la entrada, el plato principal y el postre en una comida protocolar, pero antes de desglosar la idea principal quiero reflexionar brevemente sobre nuestra libertad de expresión:

Aunque para muchos resulta controversial la percepción sobre lo que ha sido el tortuoso camino de la democracia en nuestro país, es innegable que, con sus altibajos asociados a las características de los gobiernos y gobernantes de las últimas tres o cuatro décadas, hemos avanzado en la aplicación y respeto de la libre expresión del pensamiento proclamada en todos los tratados sobre derechos humanos.

Sin embargo, una característica muy arraigada, pero poco comentada del “disfrute de la libre expresión” es que, como alternativa de los hipócritas en el poder político se practica la estrategia de “di, escribe o denuncia lo que te dé la gana y te hacemos el caso del perro y con eso te neutralizamos”.

Pero aparentemente esa práctica se está debilitando con las autoridades judiciales que se están estrenando en el actual Gobierno y quisiera, como uno más de los soñadores privilegiados con el disfrute de años de vida en dos siglos (el 20 y el 21) aprovechar esa tendencia para convertir esta colaboración en una “entrada” a un plato fuerte y un postre guardados hasta ahora, no por temor a mi seguridad y mi vida, sino por el terrible miedo a que la indiferencia sepultara dos joyas de mis más asombrosas reflexiones asociadas con episodios pasados y recientes de la historia dominicana.

Hasta la próxima, con el suculento plato fuerte

Los hipócritas en el poder político practican la estrategia de “di, escribe o denuncia lo que te dé la gana y te hacemos el caso del perro