La escuela, otro punto de vista

La escuela, otro punto de vista

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Mi generación fue educada para amar y defender su Patria, su Bandera, sus tradiciones y no estoy muy seguro de que hayamos sido capaces de hacer el mismo trabajo con nuestros hijos.

Los problemas de la educación nacional se ven con anteojos de tuerto. ¿A que me refiero? No es cierto que los problemas de la educación nacional son los que se ven: maestros sin vocación, gobiernos que no entienden o aparentan no entender el problema. La educación nacional hay que verla desde la perspectiva de lo nacional, de todo el aparato, de todos los actores del problema.

¿Interesa que haya un país educado?

¿Cuándo comenzó, en serio y con carácter nacional el experimento de probar,, constatar, cuantos alfabetizados saben leer y escribir, cuantos que saben leer y escribir son capaces de entender frases largas y descifrar su significado?

Pienso que es más cómodo seguir este pleito que aún no ha determinado cual fue primero si el huevo o la gallina. Todos los días surge un nuevo mesías de la enseñanza que no analiza la división de clases y las consecuencias que produce debido a la lamentable calidad de la educación oficial y la educación privada y las consecuencias para el país

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Esos “sabios” entienden que la proliferación de “universidades”, entre extensiones de la Autónoma y centros locales, es una demostración de la “elevada” calidad de la enseñanza, nada más falso, es obvio que la calidad de la enseñanza ha disminuido debido a la cantidad de profesionales que se han “enganchado” a catedráticos universitarios sin los conocimientos ni la capacidad para ejercer tan alta responsabilidad.

Le pedi al hombre que me vendiera frutos del mismo tamaño, de los grandes y el platanero, ante mi reclamo abrió su mano de dedos huesudos y me dijo: don Gautreaux ni siquiera los dedos de la misma mano son del mismo tamaño y usted quiere manos de plátanos iguales

La sociedad dominicana invierte sumas estratosféricas en “educación” que produce bachilleres que no saben leer ni escribir, jóvenes que ni conocen la geografía nacional ni se preocupan por saber el nombre de la capital de la provincia de Puerto Plata, por ejemplo.

Los “sabios” manejadores de la política educativa nacional destinan más tiempo y fondos a la educación encaminada a producir personas versadas en humanidades que en ciencias, ello, en desmedro de la educación y capacitación en matemáticas, cálculo, química, física, música. El problema de la educación va más allá de un ministro y el beligerante sindicato.

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