La estabilidad que RD expone en el exterior

La estabilidad que RD expone en el exterior

En las credenciales de República Dominicana figuran, para certezas de futuro, décadas de crecimiento sostenible bajo reglas de juego favorables a la inversión de iniciativa local o externa estando ya creadas o proyectadas en firme las infraestructuras apropiadas para generar exportaciones hacia uno de los principales mercados de consumo del mundo; un mundo convulsionado, ciertamente, que algunos observadores se atreven a visualizar ya con los pies hacia arriba. Esa no es la perspectiva un tanto pesimista que anima a un importante conglomerado textil y de calzados de Estados Unidos ante el cual y en respuesta a una invitación a Washington, el presidente Luis Abinader disertó con fuerza de cifras sobre las condiciones locales de nearshores o plaza ventajosa para establecerse empresarialmente en una proximidad geográfica promisoria. Refirió con propiedad que, además de haberse desarrollado como magnífico destino turístico, este, su país, es opción competitiva para reducir costos logísticos y minimizar riesgos ofreciendo seguridad y eficiencia.

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En el telón de fondo de esta realidad figura la estabilidad social, política y macroeconómica que propiciaron la colocación de este sistema productivo en la séptima posición por su tamaño en América Latina y el Caribe y el de más rápido crecimiento en la región. Su brillante exposición compromete al país a preservar y acrecentar lo logrado mejorando el ingreso fiscal para invertir más en instalaciones que demandaría el ritmo de crecimiento que implica un mayor consumo de la electricidad que ahora no está siendo generada suficientemente. Además, las tecnologías que cobran ascendente vigencia desafían a dotarse prontamente de recursos humanos con niveles de preparación y disponibilidad masiva factibles de alcanzar expandiendo medios que ya existen para esos objetivos. República Dominicana dispone de la base para ello: instituciones consolidadas como Infotep, las escuelas vocaciones de las Fuerzas Armadas y las especializadas escuelas salesianas a ser reforzadas con liceos transformados en politécnicos como se ha prometido. Han de ser instrumentos apropiados para aprovechar al máximo a la juventud como cantera para crecer con transformaciones y auténtico desarrollo. No hay tiempo que perder.

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