Con algo de mezquindad y rigidez de posiciones desde partes interesadas, a la sociedad dominicana se le ha venido impidiendo la facilidad de ingresar al nivel lógico, elemental y justo al que de primera intención debería acudir con quebrantos. Ha faltado superar contradicciones que niegan al Sistema de Seguridad Social diseminar geográficamente servicios médicos con capacidad para atender con presteza de diagnósticos y medios curativos problemas de salud antes de ser remitidos a las especialidades que correspondan… si corresponden. Una forma de combatir el congestionamiento atrofiante de los hospitales y centro privados que deben reservarse para patologías definidas en la Atención Primaria.
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Al no existir esta, prácticamente, se carece de la cercanía de auxilios profesionales para la gente más necesitada, económicamente débil, y algunas veces incapaz de describir sus síntomas por bajo nivel de instrucción; al tiempo que se recarga y reduce la calidad de los servicios de los establecimientos sanitarios tradicionales a los que debe llegarse tras recorrer el primer escalón del sistema.
El primer nivel de atención ensancharía democráticamente el acceso oportuno a las medicaciones para sanar indiscriminadamente a los dominicanos y extranjeros residentes con una estructura de equidad y solidaridad social. Actualmente, el Sistema de Seguridad Social es excluyente por la obstrucción de sectores al desarrollo y ampliación de servicios. Todo ser humano tiene derecho al buen estado de salud.