La Haya. La legalización de la eutanasia “no hace daño” a la sociedad e incluso “ayuda a las personas a vivir más tiempo”, porque saben que tienen la opción de “poner fin a su dolor insoportable”, asegura a Efe Jacob Kohnstamm, director de los comités que vigilan la eutanasia en Holanda.
“Si el paciente sabe que puede obtener la eutanasia cuando lo decida, y tras obtener la aprobación del médico, a veces aguanta el dolor durante algo más de tiempo. Creo que la legalización de la eutanasia en Holanda ha ayudado a la gente a vivir más tiempo de lo que lo hubieran hecho sin ella”, indica Kohnstamm en entrevista con Efe.
En su oficina, en uno de los edificios más altos de La Haya y desde donde observa el ritmo de vida de la ciudad, se reúnen fiscales, médicos, abogados y expertos éticos (teólogos) para estudiar cada caso de eutanasia y decidir si se han cumplido las leyes y, “si se sospecha que hubo algún error”, se envía el expediente al inspector de Sanidad y a la Fiscalía.
En 2017 y 2018, de los más de 12.000 casos de eutanasia practicados en el país, se enviaron un total de 18 casos a inspectores y fiscales, pero solo uno de ellos terminó en manos de las autoridades judiciales, lo que fue suficiente para causar revuelo en Holanda.
Cuando un paciente acude a su médico para solicitar la eutanasia, la primera alternativa que propone el profesional “siempre suele ser la atención paliativa para reducir el dolor».
Al final, todo depende del paciente, el doctor, la situación médica y si se predice que va a deteriorarse con el tiempo y causar un dolor insoportable a la persona.