Los museos tienen la responsabilidad de proteger y preservar bienes de interés colectivo, con valor histórico y/o artístico, para difundirlos y promoverlos entre las generaciones presentes y futuras. (Foto: Museo de las Atarazanas Reales).
Estos espacios, además de estar dirigidos a la conservación y exposición de bienes patrimoniales, deben fomentar la crítica, la indagación y la investigación en torno a los fenómenos en las sociedades.
Por: Mirfak Rowland
La función del museo ha estado, desde siempre, fundamentalmente vinculada al fomento y la expansión del conocimiento, así como a poner en contacto a la humanidad con su historia, con el fin de propiciar una mayor comprensión de la realidad de las sociedades.
La palabra museo proviene del griego “museion”, que significa “templo de las musas”, y era empleada con dos connotaciones distintas. De acuerdo a la historiadora Ana María Poveda, en su obra “La institución del museo: origen y desarrollo histórico”, fue durante el Renacimiento cuando comenzó a usarse con más frecuencia el término “museo”. Este hacía referencia a las nueve musas, hijas de Zeus, quienes eran consideradas las diosas tutelares de la poesía, la historia, las artes y las ciencias, y cuya misión era instruir a la humanidad.
Según el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el museo surgió a comienzos del segundo milenio antes de Cristo, en Larsa, Mesopotamia. En este periodo, las academias reprodujeron las copias de antiguas inscripciones con objetivos de enseñanza. Especialistas en el tema coinciden en que, al principio, las colecciones y las galerías privadas eran solo visitadas por intelectuales, eruditos o amigos de los propietarios de las mismas.
Con el transcurso del tiempo, el museo fue adquiriendo un carácter más formal y su definición cobró un sentido más amplio a medida que asumía un rol más activo dentro de la sociedad.
El ICOM, en su manual “Cómo administrar un museo”, señala que durante el enciclopedismo del Siglo de las Luces europeo aparecieron los primeros museos públicos. Posteriormente, en 1683, se instituyó el Ashmolean Museum, considerado el primer museo universitario del mundo que abrió sus puertas al público de manera regular.
Más adelante, entre los siglos XVIII y XIX, las colecciones más importantes comenzaron a exhibirse al público en general, luego de que estas pasaron a convertirse en patrimonio nacional.
Museos como el de Historia del Arte de Viena, la Pinacoteca de Múnich, el Ermitage de Leningrado, los Museos Vaticanos, el Museo del Prado, el Metropolitan de Nueva York, el Museo Canario, así como la Galería de los Uffizi de Florencia, la National Gallery de Londres, la Tate Gallery y la Galería Nacional de Praga, entre otros, albergaron en sus salas estas destacadas colecciones.
La función social del museo
Para comprender más profundamente el rol eminentemente social del museo, es pertinente abordar las diferentes definiciones que en torno a este han sido aceptadas y difundidas por las asociaciones y organizaciones oficiales, así como por los profesionales del sector museístico.
Cada definición representa un ejercicio de reflexión que surge desde distintos enfoques y perspectivas sobre cuál debe ser el propósito del museo como entidad y cómo este debe interactuar con sus diferentes públicos.
El término “museo” puede designar tanto a la institución como al establecimiento o lugar generalmente concebido para proceder a la selección, el estudio y la presentación de testimonios materiales e inmateriales del individuo y su medio ambiente.
Según André Desvallées y François Mairesse en la obra “Conceptos claves de museología”, para numerosos museólogos, especialmente para quienes reclaman la museología enseñada entre los años 1960-1990 en la escuela checa (la Escuela Internacional de Verano de Museología de Brno), el museo es un medio que “da testimonio de la relación específica del Hombre con la realidad”.
En este artículo también queremos hacer referencia a la definición adoptada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) en 2022, que describe al museo como: “una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos.”
Sin embargo, aunque la definición del ICOM es la más ampliamente aceptada a nivel mundial, importantes organizaciones como la Museums Association del Reino Unido, la American Alliance of Museums, y la Canadian Museums Association han adoptado sus propias definiciones, tal como señala el especialista en Marketing para museos David Cordón Benito.
En su artículo “Evolución conceptual del museo como espacio comunicativo”, Cordón se refiere a la definición adoptada por la Museums Association del Reino Unido, según la cual “los museos permiten a las personas explorar colecciones en busca de inspiración, aprendizaje y disfrute. Son instituciones que recogen, custodian y hacen accesibles artefactos y especímenes que mantienen en fideicomiso para la sociedad”.
Este autor también recoge la definición de la American Alliance of Museums (anteriormente American Association of Museums), que describe al museo como “una agencia o institución pública o privada, sin fines de lucro, organizada de manera permanente con propósitos esencialmente educativos o estéticos, que, utilizando un personal profesional, posee o utiliza objetos tangibles, los cuida y los exhibe al público de manera regular”.
Asimismo, señala que la Canadian Museums Association define los museos como “instituciones creadas en interés público, que comprometen a sus visitantes, fomentan una comprensión más profunda y promueven el disfrute y la valoración del patrimonio cultural y natural auténtico. Los museos adquieren, preservan, investigan, interpretan y exhiben la evidencia tangible e intangible de la sociedad y la naturaleza. Como instituciones educativas, proporcionan un espacio físico para la crítica, la indagación y la investigación. Los museos son instituciones permanentes, sin fines de lucro, cuyas exposiciones están regularmente abiertas al público en general”.
Como se puede observar al analizar estas definiciones, todas ellas comparten un común denominador: la función social del museo moderno, al que se le asigna la responsabilidad de proteger y preservar bienes de interés colectivo, con valor histórico y/o artístico, para difundirlos y promoverlos entre las generaciones presentes y futuras.