La felicidad cabe en una taza de una novela japonesa innovadora

La felicidad cabe en una taza de una novela japonesa innovadora

Dedicado a Axel Gabriel Enghild Rodríguez.

El autor Kawaguchi, , después de “Ántes de que se enfríe el café “, novela que ha conquistado a más de un millón de lectores en todo el mundo, ahora nos abre los secretos de la felicidad, desde su percepción de la sicología humana en proceso de reconciliación con sus vidas .

Estamos frente a una movilidad temporal de ida y vuelta al pasado con dimensión de proyección al futuro para reencontrarnos con un ser que haya marcado sentimentalmente nuestras vidas.
Un ser querido, un hijo, un amigo, una amante, una esposa, seres de excepción que han marcado nuestras vidas en el pasado.

Este joven escritor japonés, de 53 años, pertenece a las generaciones de artistas e intelectuales del Japón del siglo 21, abiertos al mundo con una imaginación y un dominio de los imaginarios que los proyectan hacia los desafíos universales de la posmodernidad.

La estructura de la novela no puede ser más arquitectónica, en ella se elevan cuatro pilares, columnas de una misma estrategia de mensaje y encontrar el bálsamo para las almas heridas en una cafetería de Tokio que invita a sus clientes a consumir una taza de café caliente donde encontrarán la memoria del pasado, el tiempo que el café dure caliente, es decir entre veinte a treinta minutos.

Basta con una taza de café para reconciliarse con el pasado, en diez minutos, y entonces encontrar la posibilidad de cambiar el rumbo de las cosas para transmitir un mensaje de paz, amor, arrepentimiento, perdón, y poner fin a los remordimientos.

Esta cafetería de Tokio, llamada Funiculi, Funukula, está habitada por un personal que atiende con delicadeza a sus clientes , Nagare , siempre detrás de la barra, con su hija de siete años que sueña de algún día poder servir el café caliente a la clientela, y la deliciosa y eficiente Kazu, la camarera que tiene el secreto de servir el café caliente y asegurar todo el proceso de reglas que van a permitir ese viaje mágico y fantástico al pasado .La estructura narrativa de 233 páginas se compone de cuatro paneles independientes que conforman un mismo escenario la cafetería en un decorado teatral de una barra, una mesa con una silla donde una mujer, espectro simbólico de fantasma, lee una novela que interrumpe solo cuando va al baño, momento en que otros y otras podrán sentarse en su silla y despegar hacia el pasado, orientarse en el presente y lanzarse al futuro, pero esto, una vez haya sido vivido y asimilado ese acontecimiento del pasado hasta alcanzar el perdón, el arrepentimiento y la serenidad.

En “Mejore amigos”, Gotaro visita a su mejor amigo fallecido hacía veinte años ,y se dedicó a educar y criar a su hija, asumiendo el secreto de que sus padres habían muerto en un accidente y que él no era su progenitor, secreto guardado hasta el día de la boda de su hija adoptiva de sentimiento y amor.

El segundo panel escenario es “Madre e hijo”, que abarca la historia de un joven ceramista que es engañado en negocios, y arruinado no puede ir al funeral de su madre, ni visitarla estando esta enferma y cerca de la muerte.

En el tercero, “Amantes”, un hombre visita a la chica con la que no pudo casarse. Cerramos con el reencuentro de “Marido y mujer” , historia de un inspector de policía anciano que no le entregó a su esposa el regalo de un collar….

Cada capítulo puede funcionar como una novela corta o un cuento largo, y además con una posibilidad extraordinaria de adaptar cada capítulo en obra de teatro , donde el escenario se minimiza en la cafetería Funikuli, Funickula.

Ahora bien, si usted se sienta en un lugar preciso, en un momento preciso, y que Kazu le sirve una taza de café, usted podrá viajar a través del tiempo y encontrar la felicidad en la conexión de las pequeñas cosas, de los placeres de la vida, de la conexión con aquel pasado que un día fue presente y que usted no supo identificar ni valorar como manera de encontrar la paz individual.

Esta novela nos invita a compenetrarnos con el amor en sus diversas identidades, amor filial ,pasión, amor conyugal , noviazgos, sobre todo, nos propone reencontrar el amor por nosotros mismos, porque descubriremos según va avanzando la lectura que la felicidad consiste primero en encontrar la verdad de nuestro sentimiento, la verdad de los acontecimientos que nos llevaron a mentir para evitar un daño a los demás, mentira que con el tiempo pide reubicación y confesión.

Pero también la lectura nos enfrenta a nuestro destino, a analizar acontecimientos que nos autoculpan de la muerte de alguien que no hemos sabido acompañar y asistir en su justo momento.

Son cuatro historias de redención, esperanza, con personajes inolvidables tiernos , dulces, que nos llenan el corazón de una lazo humanístico excepcional.

Kawaguchi tiene materia semántica plural, se siente en su escritura toda la destreza de escribir teatro, cuentos, novelas y hasta poesía, pero en esta entrega fusiona el conjunto de estilos y géneros para proponernos una escritura posmoderna que desde Japón seduce el mundo.

Es necesario valorar en su obra la capacidad de entender el tiempo en el presente que se convierte en pasado, el pasado que se busca en el presente y la proyección del futuro que culmina en un rebote de vida donde cada lector se encuentra la paz y se mide a las experiencias del pasado a través de cada tema tratado en la novela y en cada panel, porque esta novela es un espejismo con el lector con la dulzura nipona de perdonar y amar.

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