La flor de nochebuena, uno de los íconos más representativos de la Navidad, es mucho más que una simple decoración. Esta planta, conocida científicamente como Euphorbia pulcherrima, está profundamente ligada a la tradición y biodiversidad de México, donde es endémica y tiene una rica historia cultural.
De acuerdo con la Dra. María Lourdes Delgado Aceves, académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), la nochebuena ha sido cultivada y admirada desde tiempos prehispánicos. En ese entonces, los nahuas la llamaban “cuetlaxochitl”, que significa “flor de cuero”, y la utilizaban como ornamento por su singular belleza. Más tarde, durante la colonia, los frailes franciscanos la incorporaron a las celebraciones religiosas de Navidad y Pascua, consolidándola como símbolo de esta época.
Una planta mexicana para el mundo
La nochebuena, que crece de forma silvestre en barrancas y cañadas de estados como Jalisco, Guerrero y Michoacán, se ha convertido en un producto comercial de alcance global. Actualmente, hay más de 30 variedades disponibles en el mercado, con colores que van desde el rojo intenso hasta el blanco, amarillo y rosa.
Aunque países como Estados Unidos, Francia y Alemania lideran la comercialización y desarrollo de cultivares, México, como el lugar de origen de esta especie, mantiene un papel central en su producción. Estados como Morelos, Ciudad de México y Puebla destacan por su planificación cuidadosa, que comienza hasta 10 meses antes de la temporada decembrina, con procesos rigurosos que incluyen control de temperatura y fotoperiodos para lograr los colores vibrantes que tanto la caracterizan.
El reto de conservar una planta nativa
Además de su valor cultural y comercial, la nochebuena enfrenta desafíos relacionados con su conservación. Según la Dra. Delgado Aceves, es fundamental aprovechar la diversidad genética de la especie para mejorar su producción de manera sostenible y proteger su hábitat natural.
En México, el Día Nacional de la Flor de Nochebuena, celebrado cada 8 de diciembre, rinde homenaje a esta planta como símbolo de identidad, cultura e historia.
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