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Canción Para Mi Maestra, Joan Manuel Serrat
Érase una vez… usted, maestra, y su mundo de tintero y banco, pizarra y delantal blanco. Buenos días, por la mañana, nos decíais, en pie entre dos fotografías y una cruz, una oración y una canción y un beso en la mejilla.
Buenos días, maestra… Pero usted nunca supo, maestra, que cuando quería que cantara que tres por una eran tres mis ojillos arañaban francamente las rodillas que púdicamente usted apretaba y apretaba, pero un número no vale lo que una piel rosada. A pesar de que nos hacía ir a la iglesia y me quitaba el regaliz aquél era un mundo pequeño y maravilloso, un mundo de tizas de colores que usted pintaba y usted borraba…
Sólo usted, rodeada de curas, le daba la razón de llamarse «niños» a un mundo de cuatro palmos. Y si alguna vez piensa en mí, maestra, que de sus ojillos azules nazca siempre aquella paz que me hacía un poco más dulce la escuela y que no se le haga un nudo en la garganta diciendo: «qué han hecho…», «a dónde han llevado a mi puñado de pequeños…» porque usted no sabía, maestra, que el mundo es siempre el mundo, que el hombre siempre es el hombre, pero no es lo mismo su olor, ¡ay! maestra, que el aire de la calle
El 15 de junio de este año apareció en la prensa y en el portal del MINERD una declaración del Ministro de Educación, Carlos Amarante Baret informando que se habían invertido cerca de 3 mil millones de pesos en formación docente, como bien afirma la noticia:
El anuncio lo hizo el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, al pronunciar el discurso central del V Seminario Sub-Regional de la Calidad de la Educación “Formación docente: un despertar a la excelencia”, con la participación de especialistas internacionales….
El ministro de Educación refirió que en el país existen importantes consensos sobre la necesidad de fortalecer la calidad de los docentes como elemento decisivo en la cohesión social y el desarrollo económico y cultural.
Destacó que el objetivo de las inversiones que realiza el Gobierno en el personal docente es que conozcan y dominen tanto los contenidos que enseñan como las estrategias pedagógicas y didácticas en relación al contexto, a los niveles y espacios de aprendizajes….[1]
Por suerte que el Ministro señaló retos pendientes, y no solo utilizó esa palestra para exponer los “logros” de su gestión. Los cuatro retos señalados son pertinentes y los comparto. Son los siguientes:
RETOS
…La articulación integral de las políticas docentes.
…Mejorar la formación de los que ingresan a la carrera docente, así como implementar requisitos de admisión de las instituciones formadoras para el ingreso a la carrera.
…Apostar por la institucionalización de las políticas, que sean sostenibles a largo plazo, además de la necesidad de estímulos y fortalecimiento para los programas de habilitación docente.
…Avanzar en una cultura de responsabilidad por los resultados académicos y cumplir con los plazos para la evaluación del desempeño docente.[2]
Me quedé pensando al leer la noticia. Como saben, he trabajado en la formación docente desde hace décadas. El Estado Dominicano, con fondos propios o con donaciones internacionales, desde el Plan Decenal ha invertido mucho dinero, demasiado quizás; y sin embargo, la educación dominicana sigue con un bajo, bajísimo nivel de calidad. Seguimos colocados en los últimos lugares de todos los rankings internacionales. Esta realidad nos lleva a hacernos muchas preguntas:
¿Por qué la inversión no se ha traducido en calidad?
¿Por qué si existen tantas escuelas de pedagogía en el país, la formación de los maestros deja mucho que desear?
¿Por qué titulamos a los maestros de manera alegre, si la realidad ha demostrado que siguen sus prácticas educativas tradicionales?
¿Si tenemos estos resultados por qué no se hace una evaluación profunda a las escuelas de pedagogía de las universidades?
¿No debería existir un mejor acompañamiento (ojo, no he dicho supervisión) de los profesores de parte de los distritos escolares?
El problema no es solo invertir. Estoy de acuerdo con el hecho de que parte de la inversión del 4% se dedique a la formación docente. Pero…. Y en esta parte es que quiero hacer mi reflexión. He aquí algunos problemas:
1. Los programas de licenciatura en educación se han multiplicado. Un grave problema que enfrentamos es la masificación. Se impone la pregunta: ¿Ha generado una merma significativa en la calidad de la oferta? No necesariamente, pero parecería que así fuese.
2. Como hay muy pocos jóvenes que desean estudiar educación, la posibilidad de selección de los mejores es mínima. Muchos ingresan a la carrera como una forma de movilidad social, no por vocación. La mayoría de los aspirantes a estudiar educación provienen de los sectores más bajos a nivel económico y social. Por esta razón, los que inician en los programas vienen tras de sí con un grave déficit cultural.
3. Existen programas sabatinos de formación docente. El resultado es mediocre, por no decir otra cosa. Concentrar a la docencia los sábados es formar a la carrera, sin que los educandos tengan si quiera un mínimo de tiempo para reflexionar lo enseñado, ojo, no he dicho aprendido.
4. El Estado invierte en especializar maestros en determinadas áreas del saber, pero no hay criterios objetivos de selección. Por ejemplo, en la práctica hemos encontrado profesores que imparten docencia en matemáticas, pero cursan una especialidad en lingüística o ciencias sociales. Un grave, gravísimo problema. ¿Cómo evaluar su práctica docente?
5. En otras ocasiones se inscriben personas que no están en labor docente, sino que realizan funciones administrativas, pero por relaciones logran colarse.
6. Como una forma de que los maestros no abandonen sus centros, la mayoría de los programas se están realizando los sábados. Como es obligatorio hacerlos en un día, la prisa es su signo y desde el primer día se inicia una intensa carrera, quedándose atrás muchos de los participantes que no tienen la fuerza ni la preparación para estas prisas y estos apuros. Después de jornadas agotadoras, llegan los sábados, cansados, con asuntos personales pendientes de resolver, y muchos de los contenidos pasan por ellos sin saber que pasaron, y por supuesto, no son, no pueden ser asimilados.
7. Un drama que tenemos los maestros de esos programas es el dilema existencial si evaluamos lo aprendido o el esfuerzo. Los déficits culturales de los “licenciados” egresados de los programas de formación de maestros, llegan con lagunas mentales e informativas tan sorprendentes como abismales. No digamos que ni siquiera están familiarizados con el uso de las computadoras, por lo que no son capaces de navegar por el mundo de la cibernética. La conceptualización es un drama, una frustración para estos maestros que buscan superarse, pero no tienen las zapatas bien robustecidas, o parafraseando a Morín, sus cabezas no están bien puestas. Y no hablemos de las faltas ortográficas, que son críticas y alarmantes.
8. Si la conceptualización es un estadio superior, la gramática es un estadio inferior que deja mucho que desear. La mayoría de estos docentes no solo no son capaces de escribir con coherencia un párrafo, sino que además sus escrituras están plagadas de faltas graves, gravísimas.
En mis años de docencia he tenido la suerte de encontrarme con profesores motivados y autodidactas, que buscan aprender para poder desempeñarse mejor como docentes, lo único es que son los menos.
El problema ahora es cómo sacar mejor ventaja a esa inversión que se está haciendo, pero sobre todo que impacte en la calidad de la docencia, de manera tal que nos permita subir algunos peldaños en los rankings.
En la próxima entrega voy a proponer algunas mecanismos de solución para que la formación de los docentes tenga mayor y mejor impacto en la educación de nuestro país.
[1]http://www.elveedordigital.com/sociales/item/9795-minerd-anuncia-invierte-rd-3-000-millones-en-formacion-docente-destaca-retos-y-consensos
[2]Ibidem