La producción de huevos de mesa es un proceso trabajoso, de alto riesgo y cuantiosa inversión de apertura; además de constantes amenazas sanitarias, de oscilación de mercado e imprevisibles catástrofes atmosféricas.
Esta industria requiere una estricta planificación fundamentada en informaciones estadísticas creíbles, sobre eventos y variables que eviten, dentro de lo más posible, la improvisación de la oferta y la demanda.
El doctor Radhamés Silverio informa que la RD tiene un plantel de 120 mil reproductoras livianas que garantizan una población de 12 millones de unidades de gallinas ponedoras y más de 3 millones en cría y recría, lo que asegura producir 9 millones de unidades de huevos al día y 270 millones al mes, que tienen que salir al mercado con la misma periodicidad con que se producen.
Así que cualquier situación anómala puede conducir a la ruina a esta frágil actividad pecuaria.