La guerra de aranceles difícil de predecir en República Dominicana

La guerra de aranceles difícil de predecir en República Dominicana

No están absolutamente definidos los efectos que traería a República Dominicana una aparente aplicación «benigna» de solo 10% de impuestos que Estados Unidos fija prontamente a todo los bienes que le procedan de este país. Es preferible esperar las repercusiones globales a mediano plazo antes de fijar criterios y respirar aliviado sabiéndose que los estados «gripales» en grandes economías suelen contagiarse con gravedad de «pulmonías» a sus socios débiles. ¡Vieja sabiduría! Por de pronto, el consenso, la certeza, a que se remiten aturdidos analistas a nivel de Wall Street, con mercados de valores sacudidos por las malas nuevas que llevan acciones a la depreciación, es que habrá un aumento de la inflación que traspasará fronteras; la eficiencia productiva entrará en retroceso en amplios sectores y los consumidores van a sufrir duras consecuencias en Norteamérica que quedará atrapada en un anillo impositivo encarecedor del costo de la vida y que restará bienestar. Un previsible estrangulamiento del intercambio comercial haría que mucho menos mercancías crucen los mares. Pronosticada está una distorsión de los mercados globales de las que habría pocas posibilidades de salir ilesos, algo que debe entenderse muy bien en este país. Los expertos no se engañan: estos aranceles intensificados «podrían generar un efecto dominó en los consumidores de todo el mundo».

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En otra página de esta misma edición puede leerse el criterio de expertos locales de que no es posible determinar la ganancia o pérdida de competitividad de los productos dominicanos en el gran mercado del Norte si el análisis se remite de manera aislada al arancel minino del 10% sin tomar en cuenta las tasas a los demás países. Los exportadores dominicanos saben en qué pie están parados y toman en cuenta que cualquier incremento arancelario de Estados Unidos impactará importaciones nacionales al aumentar costos de productos y servicios. Ya existe una mayor carga fiscal adicional impuesta por USA a lo que venga como materias primas o productos terminados a América a través de flotas chinas. La competitividad de las exportaciones nacionales está amenazada y conviene no estar fuera de base cuando eso comience.

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