Recientemente, el presidente Danilo Medina, hablando ante la ONU con una gran franqueza, resaltó cómo muchas veces los países desarrollados caen una gran hipocresía.
Y ¿cuál es la premisa o el punto de partida que llevó al presidente dominicano a realizar tan impactante afirmación? Aunque los acuerdos comerciales deberían ser mutuamente beneficiosos, y en muchos casos, lo son, sin embargo, esos acuerdos no necesariamente sacan de la pobreza a la gran cantidad de personas que aún viven en una situación de vulnerabilidad.
La hipocresía se recoge en estos datos que el Presidente Medina resaltó: hoy a más de mil quinientos millones de personas en todo el mundo, que representan más del 22,34% de la población mundial, según datos de las propias Naciones Unidas. Esta población es especialmente importante en América Latina y el Caribe, donde la mayoría de las personas ganan entre 4 y 10 dólares diarios.
Las relaciones comerciales entre los países ricos y pobres deberían contribuir a cumplir con el reto de consolidar la situación de esta clase emergente. Debemos darles seguridad y proporcionarles las herramientas y habilidades que les permitan, no solo desarrollar su propia vida, sino también participar en el desarrollo de su país, aseguró el mandatario dominicano.
Sin embargo, las relaciones comerciales hoy día entre las naciones ricas y las pobres no contribuyen a la superación de la pobreza. De lo que se trata, a juicio de Danilo Medina, es de buscar un comercio más justo, que los flujos financieros sean aliados del desarrollo y de la productividad.
Y mencionó el tema de los paraísos fiscales: no son esencialmente soleadas repúblicas del Caribe. Por el contrario, la gran mayoría está bajo jurisdicción de los países más ricos. Ahí está la hipocresía. Pero ese dinero, no es el que se guarda debajo del colchón; es aquel que es sustraído a los estados, para impedir que cumpla con la función social de ayudar a superar la pobreza.
En fin, se trata de humanizar la economía global; nuestra responsabilidad es, seguir sacando a millones de personas de la pobreza, pero estableciendo las políticas de educación, salud, empleo y seguridad social que apuntalen lo conquistado y permitan seguir avanzando, sostuvo.
¿Y lo están haciendo así, las relaciones comerciales y el flujo de inversión de los países ricos hacia los países pobres? Sin dudas, que la pieza del presidente Danilo Medina no tiene desperdicios; es un discurso que expresa la sociología de la injusticia y la hipocresía del mundo desarrollado. Enhorabuena, Sr. Presidente!