Noche del 15 de mayo del 2016. Marx dijo: La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa, como comedia.
Esa noche los equipos que nos impone la Junta Central Electoral, para acotejar los votos en favor del Partido de la Liberación Dominicana, vuelven a presentar el mismo fallo que el mostrado en la prueba a que sometieron el sistema.
La Junta ha fallado pese a que se le aconsejó, se le advirtió, que esos equipos han dado muchos dolores de cabeza en distintos países del mundo, que no son confiables, pero en una sospechosa demostración de tozudez, de encerramiento, se impone la máquina como método de cómputo de los votos, sin pensar en las peligrosas consecuencias de una protesta nacional airada, violenta, desesperada, para que se respete la voluntad popular. Se crea un caos. ¿Quién pondrá los muertos? ¡El pueblo! ¿Quién se alzará con el poder? Eso está por verse.
Mayo de 1978, noche de las elecciones generales. Llego al local de la Junta Central Electoral y veo un militar que camina en dirección hacia donde converso con el relacionador de la institución, el doctor Despradel y le pregunto: ¿y este, qué hace aquí?
Se trataba del coronel Franco Benoit, quien había ocupado la posición de Jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea o de las Fuerzas Armadas. Despradel me dice que el militar es jefe de la Policía Electoral, lo interrumpo y le digo: esto se jodió y me despido porque me marcho hacia mi casa.
Llego y ante la sorpresa de mi Miriam le refiero lo que acababa de pasar en el local de la JCE. Me acuesto. Me duermo y a poco suena el teléfono, se trata de mi más que amigo Miguel Antonio De Camps Jiménez, quien me pregunta ¿tú sabes lo que está pasando? detuvieron el conteo de los votos. Confirmé mi sospecha del amplio papel que jugaba el coronel Benoit, jefe de la Policía Electoral.
La detención del conteo era la respuesta del Gobierno y de un sector de las Fuerzas Armadas a la avalancha de sufragios que favorecieron al Partido Revolucionario Dominicano, y llevaron a Antonio Guzmán Fernández a la Presidencia de la República, en contra del abuso de poder, la corrupción y los crímenes de Estado. Esa acción la respaldó un sector de las Fuerzas Armadas, el más comprometido con crímenes, corrupción, abusos de toda índole.
Esa noche un funcionario, desesperado, conversó así con el Presidente Joaquín Balaguer: doctor, nos están ganando las elecciones, a lo que el viejo zorro respondió: deje que cuenten los votos. A poco, suspendieron el conteo.
El recuento manual de los votos es la única garantía, no permitamos que nos vuelvan a engañar. Estemos alertas