En estos tiempos en los que un segmento importante de personas decide, actúa, opina y enjuicia a partir de la percepción, es fundamental definir y proyectar una imagen pública positiva. Cuando la imagen pública personal es gestionada de manera coherente y consistente, puede convertirse en un medio para generar credibilidad y ganar confianza.
Hoy, nada ni nadie se puede escapar de ser percibido, valorado y enjuiciado por los demás. En este orden, si se desea mantener y proyectar un perfil de imagen pública confiable, es recomendable mantener la coherencia y consistencia entre el pensamiento, el decir y el hacer. Sin importar la procedencia social y económica de las personas, siempre será importante definir un determinado perfil de imagen pública, que proyecte la personalidad y el carácter personal. Entre los perfiles empíricos más comunes de imagen pública personal, figuran:
1. El cosmético: Consiste en resaltar los aspectos físicos o tangibles de las personas, es decir es ciento por ciento apariencia. Se usa para alcanzar resultados coyunturales. Su nivel de credibilidad y confianza dependiendo de la calidad de la audiencia y del contexto.
2. El integral: Se caracteriza por el nivel de coherencia y consistencia que mantiene entre las decisiones, las actuaciones, la apariencia, la comunicación y la información. Se sustenta en elementos tangibles e intangibles. Debido a su sostenibilidad, genera credibilidad y confianza.
3. El PDH: Sustenta la imagen pública a partir de la coherencia y consistencia entre el pensamiento, el decir y el hacer. Esta cualidad hace que las personas que practican este modelo, sean creíbles y confiables frente a sus relacionados. Cuando las personas son coherentes y consistentes con lo que piensan, dicen y hacen, son bonitas interior y exteriormente.
4. El BAM: Es usado por las personas que pretenden impresionar y alcanzar resultados a partir de atributos que no tienen. Este perfil de imagen pública personal, generan percepciones, actitudes y opiniones a partir de la apariencia, la cual se origina mediante el bulto, el allante y el movimiento. Debido a su superficialidad, no garantiza credibilidad y confianza.
5. El camaleón: Crea, mantiene y proyecta un perfil de una imagen pública acorde al momento, lugar, circunstancia y propósito que se desea lograr.
Quienes sustentan este tipo de imagen, pierden credibilidad y confianza entre sus relacionados.