Washington. La inflación en EE.UU. creció en junio y entró por primera vez en terreno positivo a nivel interanual en 2015, hasta situarse en un 0,1 %, una señal de la solidez de la recuperación económica y un empujón más hacia la subida de tipos de interés en los próximos meses.
El índice de precios al consumo (IPC) aumentó un 0,3 % en junio, con lo que la tasa interanual quedó en un 0,1 %, indicó el Departamento de Trabajo en su informe mensual.
Este alza vino dada, principalmente, por la subida de precios en los sectores de energía (1,7 %), alimentación (0,3 %) y vivienda (0,3 %), y se produce después de que en mayo la inflación se situase en una tasa interanual del 0 %. Si se descuentan estas categorías, las más volátiles, la denominada inflación subyacente registró un aumento del 0,2 %, según las cifras oficiales.
Una de las cifras más analizadas son los precios de los combustibles en las gasolineras estadounidenses, que tras una aguda caída comienzan a recuperarse.
El precio de la gasolina creció una media del 3,4 % el pasado mes, pero aún se encuentra un 23,3 % por debajo de los de junio del año pasado, un elemento que los economistas consideran positivo ya que permite que los estadounidenses tengan más dinero en los bolsillos y consuman más.
La inflación es el indicador que mayores quebraderos de cabeza ha dado a la Reserva Federal (Fed), que cuenta con doble mandato de estabilidad de precios y fomento del pleno empleo, ya que se han mantenido de manera persistente muy por debajo del objetivo anual del 2 %.
En su comparecencia semestral ante el Congreso, Janet Yellen, la presidenta del banco central estadounidense, aseguró esta semana que los últimos datos de inflación apuntaban a un repunte.
“El dólar más fuerte han empujado a la baja los precios de los bienes importados y eso, como resultado, ha presionado hacia abajo la inflación subyacente. Sin embargo, estas presiones a la baja parecen estar moderándose”, dijo Yellen.
Esta debilidad ha sido uno de los motivos que han frenado a la Fed en sus planes de aumentar los tipos de interés de referencia, actualmente entre el 0 % y el 0,25 %, especialmente en un contexto de progresiva reducción de la tasa de desempleo, que cerró junio en el 5,3 %, la más baja desde antes de la aguda crisis de 2008.
Yellen reiteró ante los legisladores que la economía estadounidense reúne las “condiciones adecuadas” para efectuar este año una subida de los tipos de interés, que sería el primer encarecimiento del precio del dinero en EE.UU. desde 2006.
Los analistas parecen coincidir en que la fecha para el inicio del ajuste monetario sería la reunión de la Fed de septiembre.
Los mercados tomaron con cautela el dato de inflación y Wall Street abrió la jornada mixto con el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, bajando un 0,37 %, mientras que el Nasdaq seguía su escalada y avanzaba un 0,54 %.
En un informe paralelo, el Departamento de Trabajo señaló que los salarios ajustados por inflación se redujeron un 0,3 % el pasado mes, como reflejo de la subida de precios y el estancamiento de la retribución.
En los últimos doce meses, los salarios ajustados por inflación apenas han registrado un repunte de 1,7 %.
Los expertos se muestran sorprendidos porque pese al bajo nivel de desempleo, que se acerca a la frontera del pleno empleo, no se han observado por el momento incrementos notables al alza en los salarios de los trabajadores estadounidenses, lo que podría indicar, como señala Yellen, que todavía hay debilidad en el mercado laboral.