Aunque mantuvo el pronóstico de 5.7% para la inflación mundial en 2022, el FMI empeoro en 2.8% la tasa de las economías latinoamericanas, hasta 8.7%, por los efectos de la guerra Rusia-Ucrania que comenzó en febrero y va para largo.
Como todo apunta a que los precios importados se mantendrán en alza, de hecho, los alimentos, bebidas alcohólicas y petróleo explican casi la mitad (48%) de nuestra inflación en marzo, es optimista esperar que se mantenga el ritmo descendente que trae nuestra inflación mensual, en marzo marco 0.67%, veinticinco décimas menos que en febrero y cincuenta y una décimas menos que en enero, en buena medida consecuencia del subsidio al consumo de gasolinas, gasoil y glp.
La magnitud del sacrificio fiscal lo reporta esta cifra, acumulado en las últimas 15 semanas supera los RD$9,000 millones, política del gobierno en línea con lo que recomienda el FMI, hacer ajustes fiscales donde haya espacio, teme que la alta inflación genere disturbios sociales en los países más pobres.
La alta incertidumbre que genera la guerra reduce la posibilidad de que este año nuestra inflación converja en el rango metade 4 % ± 1 %, y aunque se puede dar por descontado quecerrará muy por debajo de la media latinoamericana, el nivel dependerá básicamente de los alimentos, petróleo y gas ruso, los precios se mantendrían prohibitivos si occidentes deja de comprarlos.
Lo real es que cuanto más elevado el precio del petróleo, mayor el efecto sobre la inflación en economías importadoras netas del producto, mi calculo es que por cada 10 dólares de aumento del precio medio que pagamos por el barril de crudo y derivados el impacto sobre la inflación es 1.4%.
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Nadie sabe cuánto más, pero como van las cosas este año pagamos adicionalmente (comparado con 2021) más de 10 dólares por el barril de combustibles, y la inflación que aportará reducirá el crecimiento del PIB real.
Lo que debemos esperar es que el diferencial (comparado con el crecimiento potencial) sea poco relevante para recuperarlo en pocos meses el próximo año, como lo hicimos con la pérdida del virus de la covid-19.
Recordemos, brutal fue la caída del PIB en 2020, US$10,077 millones, la economía lo recuperó y sumó adicionalmente US$5,618 millones al PIB de 2021.
Finalizo comentando que el diferencial de inflación de 3 puntos porcentuales para este año, entre economías latinoamericanas y avanzadas según el FMI, fue anticipado por nuestro Banco Central en agosto de 2021, cuando comenzó a usar su poderoso arsenal para enfrentar la inflación importada sin estrangular el crecimiento económico.
Prueba de esto último es la demanda de préstamos en pesos de los bancos comerciales, crece más de 12%, no obstante, acumulado la tasa de interés de política monetaria aumentar en 250 puntos básicos desde noviembre de 2021 hasta marzo 2022.
Y el diseño de medidas quirúrgicas para aumentar la producción de renglones de peso en la canasta familiar, como el programa especial hasta RD$10 mil millones para pignorar arroz, que además de incentivar las áreas cosechadas, con precio razonable protege la economía del productor y consumidor, política esta que se combina con la de tasa cero a la importación de alimentos específicos.