La crecida asistencia social de buena intención para vigorizar los consumos de la población deja, de todos modos, cierta hambre en cerebros de las multitudes. La anterior entrega de la encuesta
MarkPenn/Stagwell que HOY divulga indica poco o ningún cambio en el modo criollo de pensar que en preocupante medida sigue expresando pesimismo con el rumbo del país aunque para corto plazo aliente esperanzas que evidentemente se desvanecen a los 30 días.
Viene a ser que el público atrapado en las urgencias de cada día coincide sin un lenguaje explícito con lo que, a partir de evidencias científicas, ha puesto a expertos nacionales y extranjeros a proponer cambios en la receta que ha estado en marcha para que se procure robustez en generar bienes y empleos simultáneamente o en mayor medida que servir a domicilio tarjetas de un poder adquisitivo de corto efecto y dilución inmediata.
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A las masas no les está pareciendo que el presente y el futuro se encuentren en un proceso creador de seguridad alimentaria permanente y muchos menos para la satisfacción de otras necesidades que asisten a la gente de a pie aunque los ortodoxos las coloquen en un segundo plano incluyendo sanarse, educarse y divertirse. No solo de pan se vive, dicho y reconocido en toda época. Que un golpe de timón cambie las cosas para mejor. Hay encuestas que mienten, que acomodan o inventan en atención a quien las paga. Y esta, definitivamente, no es del caso. Pone oídos en el sentir del pueblo.