El negocio de la industria eléctrica se encuentra permanentemente marcando rutas económicas para poder satisfacer las necesidades de energía eléctrica, las que implican considerables inversiones para garantizar dicho suministro en el tiempo. De no hacerlas se genera riesgo de un colapso en la calidad y continuidad del servicio eléctrico.
Cuando hablamos de redes eléctricas y la necesidad de inversión no estamos haciendo referencia exclusiva a la transmisión, sino que igual consideración aplica para la distribución puesto que ambas constituyen la parte medular del sector eléctrico por cuanto conectan las centrales de generación con el consumidor final.
Los nuevos paradigmas del mercado eléctrico reflejan cambios sustanciales que se evidencian en la necesidad de un incremento del espacio del uso de las redes para una mayor y mejor calidad de energía eléctrica que permita satisfacer la creciente demanda que empieza a despuntar en el sector.
La circunstancia de encontrarnos en el corazón de la ruta de los huracanes, unido a los efectos del cambio climático, provocan una justa preocupación por las condiciones de explotación de las redes por las situación extremas que se presentan y que implican una afectación de la seguridad y operación del sistema eléctrico.
La vocación natural es la movilización de recursos para poder disponer de un sistema moderno de redes, sea de transmisión como de distribución, con características de automatización, digitalización, y que se configuren adaptadas a los nuevos escenarios que se empiezan a dibujar para el futuro inmediato.
En esto juega un rol importante una planificación que considere estos cambios exponenciales como forma de adelantarse a los requerimientos futuros, lo que implica identificar los medios para garantizar las inversiones que demanda esta planificación.
El sector eléctrico es el que más movimiento muestra en términos de cambios tecnológicos para el aseguramiento de la dinámica entre la oferta y demanda de energía, y es por esto por lo que el retraso en la toma de decisiones de inversión implica una afectación importante al servicio, al punto de tener las condiciones para convertirse en un obstáculo para el sostenido crecimiento económico del país.
De ahí que la mirada a la ya referida planificación de redes de transporte y distribución resulta vital para que se puedan realizar las inversiones anticipadas que desde ya requiere el sector, a lo que debe unirse la voluntad política para ejecutarlas.