Desde que comenzó el auge y desarrollo de las economías capitalistas, se hizo necesario la búsqueda de herramientas que permitieran obtener información respecto a las necesidades y deseos de consumo de los individuos. En efecto, a pesar de los escasos vestigios se tiene constancia que en 1824 se realizó en Pennsylvania una de las primeras encuestas encargada por el periódico Harrisburg. Desde entonces, las encuestas como instrumento de trabajo tienen tres etapas y propósitos fundamentales; conocer las inquietudes de la gente antes de iniciar una campaña, saber si el mensaje diseñado está llegando y finalmente la valoración cuantitativa.
El propósito de las Encuestas.
Siempre he sostenido la tesis de que toda encuesta debe ser leída con una lupa; toda vez que, nadie realiza un estudio de mercado por un mandato divino ni filantrópico. Por eso, a la hora de analizar un estudio de mercado se deben tomar en cuenta las siguientes variables; quien realizó el estudio, quien es su patrocinador, su ficha técnica, en qué momento se realiza el estudio, cuales son las preguntas y como se formularon. En esencia, son esas interrogantes las que generan una lluvia de análisis en favor y en contra en los países donde el marketing político tuvo una llegada tardía o donde el debate y el liderazgo político sigue siendo conchoprimista.
En ese sentido, desde que el padre de las encuestas el periodista y matemático estadounidense George Gallup presagió en 1936 el triunfo del expresidente Franklin Delano Roosevelt en un estudio patrocinado por la revista Literary Digest; desde ese momento, los estudios de mercado son herramientas fundamentales de las campañas electorales que se utilizan para el diseño de las estrategias, para la ejecución y segmentación de las tácticas y para la orientación del futuro sufragante. Sin embargo, hay que decir también que cuando se polarizan las elecciones sobreabundan los sastres que venden trajes a la medida, con el único propósito de tergiversar para manipular.
Centro Económico y Mark Penn.
Desde el pasado miércoles, se ha presentado en el país un avispero tras la publicación de la encuesta más reciente realizada por la Mark Penn Stagwell que preside el destacado profesional y brillante intelectual Bernardo Vega. La misma, que ya había sido anunciada con anticipación fue puesta a coincidir como mecanismo de contención con la del Centro Económico del Cibao que preside el no menos profesional Leonardo Aguilera. Lo paradójico del asunto y prueba inequívoca del crecimiento del candidato oficialista y los problemas del opositor; es que ambas firmas en este momento son abiertamente cercanas al mismo candidato.
Dentro de ese contexto, me surgen dos inquietudes 1ro, ¿que ganaría la Mark Penn y el medio que la sustenta adjudicándole un crecimiento al candidato con el que tienen una aversión predefinida? 2do, ¿que ganan reduciendo a su artista preferido? Algunos Albert Einstein de las conjeturas y analistas empíricos de todo lo que no manejan, han esgrimido el discurso que esos números son el mandato y presión de un ex -alcalde tratando de obligar al actor del PRM a negociar con él. La respuesta es muy simple, si ese importante dirigente de ese partido tiene la capacidad y el poder de desbaratar mediáticamente esa candidatura, entonces el candidato debió ser él.
¿Por qué Variaron los Números?
Aunque usted no comparta los números de una encuesta, si la misma logra armar un avispero es porque tiene apoyo social. No hay que ser Tales de Mileto ni Pitágoras para saber que un país que está en 5to de primaria, en un momento de crisis quien más aporte será beneficiado con la simpatía de la gente más allá de las valoraciones etiológicas. Además, no se puede obviar que en la medida en que se polarizan las elecciones los candidatos van adsorbiendo el voto duro de sus estructuras partidarias, y para nadie es un secreto que Gonzalo Castillo viene en una campaña escalonada en la que siempre estuvo él como candidato por debajo de la simpatía de su partido.
De igual forma, otros candidatos olvidaron que hasta Jesucristo en un momento dejó de predicar y entregó pan y pescado. No hay que ser John Nash para darse cuenta que el CEC legitimó la Mark Penn. Por ejemplo, Mark Penn reconoció a Gonzalo un crecimiento de un 9% directo, una reducción a Luis de 4% y a Leonel una reducción de un 9% comparado con su última publicación. Si combinamos ese 9% directo y la reducción del 4% del competidor más cercano es un 13% indirecto. Y, el CEC reconoció el crecimiento de ese 13%, certificó el 10% de Leonel y la media de 1.5% de Guillermo Moreno. Eso significa, que estadísticamente es imposible que dos encuestas coincidan en 3 variables de 4 y en la más importante una diferencia abismal.