Así nada hay oculto que no haya de ser descubierto. Lucas 8: 16-18
Hay personas que, por mucho tiempo, causaron tanto dolor en el seno de una familia, y nunca se
han arrepentido ni han dado muestra de ello. Pretenden ocupar un lugar que no les corresponde. Pero no funciona así, porque se necesita un tiempo para curar las heridas, a la vez que esas personas muestren frutos de arrepentimiento, gracias a los cuales alcancen la credibilidad en aquellos que hirieron y dañaron, con palabras y acciones.
El tiempo dirá si son auténticos o no. Por eso, no debemos precipitarnos y hacer comentarios a
priori, ya que las acciones hablarán por si solas. Pero si lo que muestran es real, el mismo Señor
se encargará de exponerlo a la luz; al igual, si es mentira quedará al descubierto.
Solamente nos queda esperar a que Dios dé la señal, porque Su palabra dice que nada quedará
oculto y que la luz resplandecerá en medio de las tinieblas. Por eso, podemos estar confiados en
que todo será revelado y las verdaderas intenciones no quedarán ocultas, pues Él es JEHOVA
TSIDKENU – Dios de Justicia.